Un complejo contexto de contaminación tiene como centro neurálgico la intersección de las calles 2 de Mayo y Severo del Castillo, en Guaymallén. Los vecinos de Corralitos, donde se produjo el colapso de un colector cloacal en enero, volvieron a tener sus calles e incluso el frente de sus casas, inundados por los efluentes.
Hace 7 meses que enfrentan una verdadera odisea cotidiana.Lo que llega hasta el lugar es el agua de las cloacas de 500.000 habitantes del Gran Mendoza. “Es un desastre, todo esto es agua de cloaca”, comenta Marcela, una de las vecinas, mientras muestra el estado de la calle, las acequias y las veredas inundadas.
Derrame cloacal en Corralitos
Derrame cloacal en Corralitos
Los Andes
“Esto está cada vez peor. Debía mejorar, sé que están trabajando, la gente de Aysam está trabajando junto a empresas contratadas y Mingorance tiene mucha predisposición, pero no hay cambios y no hay solución”, comentó Marcela, una de las vecinas de la zona. Tiene todo el frente de su casa inundado, como una pileta. Comentó que la gente no tiene por donde pasar caminando y, tal cual ya ha sucedido, el agua ingresa incluso a los terrenos de las casas.
Agua de cloaca en la vereda
En enero, la noticia fue el colapso del colector cloacal, sin embargo, se trató de un momento crítico que ya tenía antecedentes. Según relata la gente de la zona, las pérdidas comenzaron de forma intermitente hace dos años, la situación se agravó a fines de 2024 y en 2025 se volvió insostenible: olor nauseabundo, líquidos cloacales cruzando calles y patios anegados son parte de la cotidianidad.
Pese a los reiterados reclamos, la falta de respuestas llevó a los vecinos a acudir a los medios. Los lotes más bajos se llevan la peor parte e incluso, cuando se retira el agua, algunos no llegan a secarse y se termina viviendo rodeado de barro.
Las acequias están colapsadas por aguas estancadas y el mal olor persiste. Aysam (Agua y Saneamiento Mendoza) ha intervenido para resolver el asunto, pero, según puede verse, la solución no llega mientras que la estrategia ha implicado una problemática extra para los vecinos.
Es que se colocaron grandes bombas cada una cierta cantidad de metros, que interfieren en la circulación, ya que ocupan gran parte de la calle, y además producen contaminación auditiva con un sonido permanente por su funcionamiento. Esto, mientras se avanza con una obra de fondo.
Ahora, con una nueva inundación, Marcela comentó que las autoridades les respondieron que se había roto una de las bombas. Pero además sumó otro punto: "Como tienen prohibido el vuelco al canal Pescara nos inundamos nosotros". Es que durante un tiempo se permitió a Aysam tirar allí el agua que se sacaba de la zona. Pero desde el 1 de julio se informó que ya no se haría, salvo excepciones (ver debajo)
Cómo viven los vecinos entre la contaminación y el agua
Los testimonios vecinales relatan cambios de hábitos, venta de propiedades suspendidas y problemas sanitarios, especialmente para niños. Es que dadas las circunstancias, ya no pueden salir a jugar con libertad en la calle y pasan más tiempo encerrados. Además, cuentan que entre las estrategias, deben llegar de la calle y dejar los zapatos fuera de las casas ya que, obviamente, están todos sucios con residuos y contaminantes.
En el verano, además se redujeron las actividades al aire libre por la proliferación de mosquitos.
Marcela ha sido una de las interlocutoras como referente de los vecinos con las autoridades y confiaba en la solución pero parece haber perdido la fe. “Esto no tiene arreglo, no sé cómo podrán resolverlo de otra forma, porque no se puede seguir así como estamos viviendo, no se puede”, afirmó ya agotada.
Derrame cloacal en Corralitos
Derrame cloacal en Corralitos. Foto: Gentileza
“No podemos salir de la casa caminando, sí o sí tenés que salir en vehículo. La gente que viene caminando viene por la orillita de una vereda que está más alta y tiene que pasar por un comercio porque no pueden salir por la calle”, describió.
Y dio más detalles de la odisea que afrontan los vecinos. “No se puede transitar desde el corralón hasta Severo del Castillo, la gente tiene que pasar por el corralón para ir a tomar el colectivo y, aparte, el colectivo ya tampoco pasa más por acá, por Dos de Mayo”, agregó.
Cañerías viejas para una demanda sobrepasada
El director de Aysam, Humberto Mingorance, explicó que la colectora colapsada recibe efluentes de Luján, Maipú, Ciudad, Guaymallén y Godoy Cruz, lo que representa residuos cloacales de 500.000 personas. La cañería, instalada hace 40 años en una zona entonces agrícola, no fue adaptada al crecimiento poblacional ni a la urbanización. Además, explicó que a lo largo de la larga trayectoria de la cañería, muchos vecinos conectaron desagües pluviales al sistema cloacal, lo que agrava el desborde durante las lluvias.
Por la “vejez” de la instalación hay un deterioro de las tuberías, a lo que se suma que no tienen cámaras de inspección, para revisar y destapar y es una zona con escasa pendiente. Esto provocó la acumulación de sólidos y sedimentos, que taparon la trayectoria y llevaron al colapso.
Derrame cloacal en Corralitos.
Derrame cloacal en Corralitos. Foto: Gentileza
El director detalló a Los Andes que solo en los primeros 600 metros se extrajeron 30 m³ de escombros. Para intervenir, Aysam contrató una empresa brasileña y prevé instalar 28 nuevas cámaras en un tramo de 3.000 metros.
Más contaminación: líquido cloacal en un canal para riego
El problema no ha terminado ahí. La empresa había sido autorizada a volcar el líquido cloacal extraído en el canal Pescara bajo condiciones específicas y por un plazo determinado. Sin embargo, esta medida generó preocupación entre productores y vecinos de Los Corralitos y Colonia Segovia, quienes usan esa agua para riego.
Luego Aysam pidió que se extendiera el plazo para poder volcar allí el agua.
En una nota con Los Andes el 4 de junio, Mingorance detalló que esperaban en unos 15 o 20 días dejar de bombear desechos al canal Pescara. Detalló que las obras de las bocas de cámara iban a requerir de 3 a 4 meses y esperan licitar este año el colector Colonia Segovia, que será la segunda parte de la estrategia y tendrá un costo aproximado de unos 30 millones de dólares. Una vez terminado, volcará los residuos en la planta de tratamiento de efluentes cloacales El Paramillo.
El 1 de julio, el titular del Departamento General de Irrigación, Sergio Marinelli, confirmó que finalizó el vuelco de efluentes cloacales que venía realizando Aysam sobre el canal Pescara. En una nota con Los Andes, la empresa Aguas Mendocinas aclaró: “Han finalizado los vuelcos permanentes al Pescara. Sin embargo, podrían presentarse picos de caudal en la colectora que, eventualmente, requieran realizar algún vuelco. En ese caso, se deberá informar al inspector de cauce".
La Municipalidad de Guaymallén analizaba declarar la emergencia ambiental en el llamado cinturón verde, que abarca unas 500 hectáreas afectadas.