La ola polar que se instaló en Mendoza el fin de semana causó estragos en la actividad educativa local. Las clases presenciales estuvieron suspendidas una jornada y media y se retomaron ayer por la tarde. Fueron varias las escuelas que resultaron afectadas en sus instalaciones para prestar el servicio educativo. El relevamiento dio cuenta de que fueron 415, en tanto, tras el regreso a las aulas, aún hay 52 establecimientos que siguen afectados. Allí la actividad se mantiene de manera virtual.
“El 80% de las escuelas tienen problemas todavía, sobre todo cañería congelada”, afirmó Carlos Daparo, titular de Infraestructura Escolar. Detalló que son fundamentalmente cañerías que van por los techos y no han logrado descongelarse.
Sobre la ubicación de estos establecimientos señaló: “Fundamentalmente están en algunas zonas del Valle De Uco, Tupungato, la parte alta, algo de alta montaña; una escuela concretamente de Ugarteche, que ha tenido inconvenientes”.
Parte de los problemas que las han afectado ha sido la falta de provisión de gas o que no llegaba suficiente gas, esto fundamentalmente en la parte del sur de la provincia, donde los calefactores no tenían la suficiente fuerza para atender la demanda. El funcionario refirió que eso afectó a 20% de los colegios.
“Pero, de a poco, se va normalizando prácticamente todo el servicio educativo, ya que las temperaturas también han mejorado”, resaltó.
Se mantiene la actividad virtual
Ante la llegada de una ola de frío durante el fin de semana, la Dirección General de Escuelas (DGE) resolvió suspender las clases presenciales. La Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) tomó la misma medida para sus colegios y unidades académicas. En ambos casos, la suspensión implica que las actividades deben continuar mediante modalidades alternativas. Para ello, se apela a las actividades en formatos virtual o digitales.
La DGE envió un memo detallando las estrategias que debían implementarse y eso es lo que se sostiene en los establecimientos donde aún no se retoma la actividad presencial.
Entre las modalidades de trabajo que se sugieren se cuentan: dictado de clases en los horarios habituales, uso de canales virtuales institucionales acordados previamente (plataformas educativas, correo electrónico, grupos de WhatsApp, radio escolar, redes sociales oficiales) y combinación de momentos sincrónicos (clases en vivo) y asincrónicos (actividades y entregas en línea).
Para ello, según las posibilidades y decisión de los colegios y profesores, se apela a recursos como cuadernos virtuales o carpetas digitales, formularios, autoevaluaciones, foros, evaluaciones orales por videollamada o audio y proyectos o actividades integradoras con rúbricas claras.