También contempla la armonía de su motilidad ocular, su binocularidad, la presencia de hipermetropía, miopía y/o astigmatismo, su fondo de ojos y educar desde la prevención para el cuidado orgánico y funcional del aparato visual.
También contempla la armonía de su motilidad ocular, su binocularidad, la presencia de hipermetropía, miopía y/o astigmatismo, su fondo de ojos y educar desde la prevención para el cuidado orgánico y funcional del aparato visual.
Según la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay 7,5 millones de niños en edad escolar portadores de algún tipo de deficiencia visual y sólo el 25% presenta síntomas.
Entre las patologías oftalmológicas más frecuentes en la infancia se encuentran los errores de refracción, que son problemas de visión que se producen cuando la forma del ojo no permite enfocar bien; es una condición que suele darse en diferentes grados de severidad en 1 de cada 5 niños y niñas.
En el mundo, la prevalencia de los errores refractivos sin corregir son la primera causa de baja visón y la segunda de ceguera. La corrección con los anteojos apropiados es una de las intervenciones con mejor costo beneficio en la salud ocular.
Los bebés nacen con capacidades visuales básicas que requieren una experiencia visual temprana normal para alcanzar los niveles óptimos de funcionamiento visual. El examen de la refracción es el eje principal de la consulta oftalmológica infantil que le permitirá mejorar su calidad de vida, fortalecer su desarrollo intelectual y social. “La detección precoz de un déficit visual en los niños detectada mediante un examen oftalmológico completo permitirá su rehabilitación parcial o total; el tiempo juega un rol fundamental. Una correcta prescripción es mucho más que una receta de anteojos”, comenta Leonardo Fernández Irigaray, médico oftalmólogo y vicepresidente de la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil. “Hay un rápido crecimiento del ojo en los primeros años de la vida, conocido como proceso de emetropización. La refracción normal varía según la edad ya que hay cambios desde el nacimiento de las estructuras ópticas del globo ocular: córnea, cristalino y largo axial”, agrega.
La Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil recomienda el siguiente calendario para realizar los controles visuales oportunos:
El certificado oftalmológico no debe ser considerado un trámite sino la oportunidad de cada chico para conocer sobre su salud visual y así tener la posibilidad de un mejor ciclo escolar. Comunicar para la prevención forma parte del rol médico-docente. Es importante recordar que la detección y el uso de anteojos apropiados deberá ser una oportunidad compartida entre los padres, médicos pediatras, docentes y el médico oftalmólogo infantil para lograr juntos un correcto desarrollo visual en los más pequeños.
“ En los últimos años y sobre todo luego de la pandemia del COVID 19 la miopía es uno de los problemas visuales que más creció, con un incremento del 40%, y según la Organización Mundial de la Salud para el año 2050 la mitad de la población mundial la padecerá”, comenta Mauro Stabile, CEO de Novar, empresa de lentes oftálmicas. “Hoy los anteojos convencionales solo solucionan el problema de la miopía y no están diseñados para controlarla, por lo que su uso sería similar a tratar un síntoma y no la enfermedad de base. Pero gracias a la persistente investigación de profesionales argentinos y tecnología de última generación hoy se encuentran en el mercado nuevas lentes para mejorar y evitar progresión de la miopía”, agrega.
En el caso de la miopía, esta epidemia tiene sus causas en el hecho de que los niños hoy no tienen mucho tiempo para estar al aire libre y la pasan mirando pantallas y celulares de cerca. Esta combinación de factores produce miopía.
El comienzo de clases suele ser el momento en el que muchos descubren si el niño tiene alguna patología, gracias al obligatorio apto médico. El test de aptitud visual es fundamental ya que el 80% de lo que aprenden los niños ingresa por los ojos. La mala visión dificulta el aprendizaje: los niños no van a poder concentrarse en sus tareas, ni ver el pizarrón, van a sufrir de pérdida de atención, lo que va a repercutir en su desempeño escolar.
La escuela suele ser en muchas ocasiones el lugar en el cual se detectan los primeros indicios de miopía en los niños. Por esa razón, antes del ingreso a la escuela primaria -es decir entre los 5 y 6 años- las escuelas solicitan a los padres que presenten un certificado de agudeza visual, que debería repetirse año a año.
“El screening previo a primer grado es mandatorio, tanto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como en casi todas las provincias. Además, la Ciudad cuenta con un programa llamado ‘Ver qué ves’ que analiza la agudeza visual de 24 mil chicos cada año desde el 2020. Junto con la dilatación bajo pupila, el test de agudeza visual es la mejor herramienta para detectar y tratar a tiempo la miopía en niños”, comenta el Dr. Rafael Iribarren, miembro del Grupo Argentino de Estudio de Miopía y consultor de Novar, empresa de lentes oftálmicos.
Asesoró: Novar