Cómo controlar la “fiebre-fobia”

Existen algunos mitos en relación a la fiebre que han llevado a muchos cuidadores a tener un temor injustificado a la misma, con extremada preocupación y ansiedad.

La fiebre en la infancia es común, sobre todo en los primeros años de vida. En general se trata de un síntoma que nos alerta sobre un proceso inflamatorio, principalmente de causa infecciosa. En la mayoría de las veces, las causas son virales y de buena evolución. La fiebre en sí misma no es mala para la salud pero puede generar incomodidad; por ello es importante saber cuándo es recomendable acudir a la consulta médica y cómo manejarla adecuadamente.

Se considera fiebre a la temperatura corporal mayor o igual a 38°C. A pesar de que la mayor parte de los cuidadores reconocen cuándo sus hijos tienen fiebre mediante el contacto o los cambios en el comportamiento, es recomendable medir la misma con un termómetro, que sea digital y en la axila.

Existen recomendaciones que debemos tener en cuenta frente a un cuadro febril, en primer lugar, realizar una observación del niño o la niña. En la mayoría de los casos la fiebre es el primer síntoma de infección y es poco probable que en las primeras horas del proceso aparezcan otros síntomas. Es importante acudir a la consulta en caso de que la fiebre persista varios días o sea elevada, en menores de 3 meses, mal estado o aspecto general, agitación, manchas en la piel, rechazo al alimento o irritabilidad, vómitos, entre otras.

“En muchas ocasiones la fiebre se acompaña de malestar y a menudo es necesario utilizar antitérmicos para mejorar el estado general y así permitir la adecuada hidratación, el sueño y evaluar al niño o niña adecuadamente. Para el uso del antitérmico es importante seguir las dosis adecuadas y las recomendaciones de acuerdo a la edad, es por ello que se deben seguir las indicaciones del pediatra”, aclara la Dra. Vanesa Edelvais Castellano (MN 111169), médica especialista en Pediatría del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez/Fundación Vacunar.

“La mayoría de los antitérmicos son efectivos para bajar la fiebre cuando se los administra por vía oral. Es importante reconocer que el efecto no es inmediato y no es el objetivo alcanzar temperaturas normales, sino mejorar el estado general”, agrega la Dra. Castellano.

Otras medidas que ayudarán al bienestar son mantener la hidratación, sostener la lactancia, vestir cómodamente con ropa ligera y transpirable, y el descanso suficiente.

Existen algunos mitos en relación a la fiebre que han llevado a muchos cuidadores a tener “fiebre fobia”, un temor injustificado a la misma con extremada preocupación y ansiedad a la fiebre en sí. Esto provoca conductas excesivas y a veces riesgosas para bajar la temperatura de sus hijos, además de consultas médicas reiteradas.

Mitos relacionados con la fiebre y su manejo:

  • La fiebre no es mala para la salud, es un fenómeno fisiológico auto controlado. Es importante preocuparse por el estado general del niño o la niña, más que por la temperatura.
  • La fiebre no daña los órganos. Cuando la temperatura es muy alta puede conducir a la deshidratación, es por ello que ofrecer líquidos es una medida importante.
  • El objetivo del tratamiento con antitérmicos es mejorar el estado general.
  • El uso de antitérmicos no cura, ni prolonga la enfermedad.
  • Las convulsiones febriles no se previenen con el uso de antitérmicos. No es útil usar antitérmicos a temperaturas más bajas en niños que la han padecido.
  • Los baños de agua fría no se recomiendan, causan mucho malestar, y pueden aumentar la temperatura central corporal.
  • No se recomiendan los paños con alcohol, pueden ser tóxicos.

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