Una idea simple y casera, que une el reciclaje con la jardinería y demuestra que, con creatividad, cualquier objeto puede tener una segunda vida útil.
En el mundo del reciclaje y las manualidades para el hogar, este truco casero ya se volvió viral entre amantes de la jardinería. Un jardinero reutilizó una cuchara vieja para crear un accesorio que mejora el riego y evita dañar las plantas más delicadas.
Para aplicar esta solución solo se necesita:
Una cuchara de metal o plástico
Dos o tres cintillos (precintos) de plástico
Una regadera común
La idea no requiere herramientas especiales, ni ningún gasto extra. Todo puede salir de objetos que ya están en la casa.
Tomar una regadera y limpiar su salida.
Apoyar la cuchara en posición curva, justo en la parte donde sale el agua.
Sujetar la cuchara con cintillos bien ajustados.
Asegurarse de que la cuchara quede firme y en ángulo hacia abajo.
Probar el funcionamiento llenando la regadera y volcándola sobre una maceta.
El flujo de agua se reparte y cae más suave, evitando erosión en la tierra o maltrato en raíces frágiles.
Este truco permite un riego controlado y delicado, ideal para plantines nuevos, suculentas, tierra suelta o almácigos. El agua se dispersa gracias a la forma curva de la cuchara, lo que genera una caída mucho más suave y pareja, parecida a una lluvia fina.
Reutilizar una cuchara como parte de una herramienta de jardín no solo es ingenioso, sino que también promueve el uso responsable de recursos. La propuesta conecta dos mundos: el del cuidado del medio ambiente y el de la práctica cotidiana en el jardín.