Trucos. Una fórmula de limpieza económica y efectiva que devuelve el blanco original sin esfuerzo ni productos costosos.
Las sillas de plástico son un clásico del hogar argentino, ideales para patios, jardines y balcones. Sin embargo, con el paso del tiempo tienden a acumular suciedad, manchas y perder su brillo. Este truco casero de limpieza permite restaurarlas con materiales simples y resultados sorprendentes, aplicando una técnica muy popular entre quienes buscan soluciones efectivas y accesibles.
El plástico blanco o de colores claros tiende a absorber polvo, restos de comida, marcas de humedad y manchas por exposición al sol. La falta de limpieza regular hace que estas marcas se fijen y sea más difícil removerlas con solo agua.
Para aplicar este truco, no se requieren productos caros ni químicos abrasivos. Los elementos necesarios son de uso común en cualquier casa:
Vinagre blanco
Bicarbonato de sodio
Jabón blanco (tipo pan)
Agua caliente
Cepillo de cerdas duras o esponja gruesa
Rociador (opcional)
Guantes de limpieza
Preparar la solución de limpieza: en un balde, mezclar una taza de vinagre blanco, tres cucharadas de bicarbonato de sodio, una cucharada de jabón blanco rallado y un litro de agua caliente.
Aplicar la mezcla: usar un rociador o mojar directamente la esponja o cepillo con esta preparación.
Frotar las superficies: cepillar con firmeza cada parte de la silla, haciendo hincapié en las zonas con manchas más visibles o acumulación de tierra.
Dejar actuar: dejar reposar la espuma durante 10 a 15 minutos.
Enjuagar con agua limpia: usar una manguera o balde para enjuagar por completo.
Secar al sol: colocar las sillas al aire libre para que se sequen naturalmente y recuperen su brillo.
El bicarbonato actúa como abrasivo suave, que remueve las capas superficiales de mugre. El vinagre blanco, por su acidez, desinfecta y corta la grasa. Y el jabón blanco potencia el efecto limpiador, dejando un acabado brillante.
Se recomienda realizar una limpieza profunda al comienzo y al final del verano, especialmente si las sillas se usan al aire libre. Para mantenimiento, basta con pasar un paño húmedo con jabón cada 15 días.
Sí. Esta técnica también es útil para mesas de plástico, reposeras y banquitos, siempre que sean de materiales no porosos. No se recomienda en muebles pintados, ya que podría dañar el color.
Usar guantes para evitar irritación en la piel y evitar aplicar sobre superficies metálicas u oxidadas, ya que el vinagre podría reaccionar. También conviene probar en una zona pequeña antes de hacer la limpieza completa.
No. Al contener bicarbonato y vinagre, la preparación pierde su efecto rápidamente. Se recomienda preparar la cantidad justa y usarla de inmediato.
Para dar un toque final, se puede pasar un trapo seco con unas gotas de aceite de bebé o glicerina líquida, lo que ayuda a repeler el polvo y mantener el brillo por más tiempo.