20 de agosto de 2025 - 13:36

Qué significa preferir andar siempre descalzos, según la psicología

La costumbre de sacarse el calzado puede esconder más de lo que aparenta. Para los psicólogos, este gesto cotidiano habla de nuestra forma de ser.

Andar descalzo suele asociarse con la comodidad del hogar, con los días de verano o con una costumbre de la infancia. Sin embargo, para algunas personas no es solo una cuestión práctica y eligen despojarse del calzado en cuanto pueden, incluso cuando las circunstancias no lo requieren, según la psicología.

La conducta de andar descalzo está cargada de significados psicológicos y emocionales. Puede relacionarse con la búsqueda de libertad, con la necesidad de conexión sensorial o incluso con rasgos de personalidad ligados a la autenticidad y la creatividad. Pero también existen explicaciones más concretas, vinculadas con la regulación del estrés y el bienestar emocional.

Andar descalzos como búsqueda de libertad y autenticidad

Según la psicóloga clínica estadounidense Carla Marie Manly, autora de Joy from Fear, la ropa y el calzado que elegimos expresan aspectos de nuestra identidad y de cómo queremos mostrarnos al mundo. En ese sentido, quienes prefieren estar descalzos suelen asociar esta práctica con una manera de sentirse más libres y auténticos.

“Descalzarse puede ser una forma de rebeldía sutil contra las presiones sociales o laborales. Es una forma de decir: ‘quiero sentirme como soy, sin disfraces ni artificios’”, explica Manly en una entrevista con Well + Good.

descalza relajada en su casa

En términos psicológicos, esta preferencia puede reflejar un rasgo de personalidad orientado hacia la espontaneidad y la autenticidad. Andar sin zapatos elimina una barrera cultural y social, lo que para muchas personas significa un modo de reconectar con su yo más genuino.

El contacto con la tierra como recurso para reducir el estrés

Otro aspecto que la psicología explora es el vínculo entre caminar descalzo y la reducción del estrés. La práctica conocida como earthing o grounding consiste en caminar sin calzado sobre césped, arena o tierra, y se ha estudiado en el campo de la psicología ambiental y de la neurociencia.

Un estudio publicado en el Journal of Environmental and Public Health sostiene que el contacto directo de los pies con superficies naturales puede contribuir a disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y mejorar la calidad del sueño.

mujer descalza

Aunque la investigación aún es incipiente, los resultados apuntan a que andar descalzo no solo genera una sensación subjetiva de relajación, sino que podría tener efectos medibles en la fisiología del cuerpo.

Desde esta perspectiva, quienes buscan estar descalzos gran parte del tiempo podrían estar recurriendo de manera intuitiva a un mecanismo de autorregulación emocional. Quitarse los zapatos y sentir el suelo bajo los pies es una forma rápida de “volver al presente”, similar a las técnicas de mindfulness.

Estar descalzos es una forma de volver a la infancia

La psicología evolutiva también ofrece otra lectura. Para muchas personas, estar descalzo evoca recuerdos de la infancia: correr por el patio, jugar en la playa o andar en casa sin preocupaciones. En este sentido, elegir no usar calzado puede ser una manera inconsciente de recuperar esa sensación de seguridad, juego y despreocupación.

“Hay una memoria corporal que se activa con las sensaciones táctiles. Los pies descalzos despiertan recuerdos emocionales asociados a etapas de la vida en que nos sentíamos libres y cuidados”, explica la terapeuta somática Deanna Minich, especialista en psicología cuerpo-mente.

descalzo en la reposera en el jardín 1

Esa conexión con el pasado puede funcionar como una forma de refugio emocional. Frente al ritmo acelerado de la vida adulta, el hábito de andar descalzo trae a la memoria estados más simples y felices.

En la psicología de la personalidad, hay personas con una marcada orientación hacia lo sensorial. Son quienes disfrutan intensamente de las texturas, los aromas, los sabores o los sonidos. En estos casos, andar descalzo no responde necesariamente a una búsqueda espiritual o emocional, sino al simple placer de sentir el contacto directo con distintas superficies.

Este tipo de personalidades, a menudo asociadas con la creatividad o con la apertura a la experiencia, encuentran en los pies descalzos una manera de explorar el entorno de forma más inmediata. Para ellos, caminar con zapatos sería perderse de un mundo de sensaciones.

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