25 de noviembre de 2025 - 10:51

La psicología destaca los tres colores que utilizan las personas con tendencia al estrés

La psicología del color identifica tres tonos asociados a la tensión, sobrecarga mental y necesidad de control emocional. Conocé cuáles son y qué comunican.

La psicología del color demuestra que las tonalidades que elegimos pueden reflejar cómo nos sentimos por dentro, incluso cuando no lo expresamos verbalmente. En investigaciones sobre la relación entre color, estrés y regulación emocional, especialistas observaron que las personas con tendencia al estrés suelen inclinarse por ciertos colores que transmiten cautela, autocontrol y búsqueda de estabilidad.

Estos tonos funcionan, muchas veces, como una forma de protegerse del exceso de estímulos.

El gris oscuro: carga mental y necesidad de resguardo

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El gris profundo aparece con frecuencia en perfiles que viven en estado de alerta o tensión constante. En psicología social, se lo vincula con personas que sienten la necesidad de poner una barrera emocional para evitar sentirse abrumadas.

Según estudios publicados en Color Research & Application, quienes lidian con altos niveles de estrés tienden a preferir colores que los “apaguen” emocionalmente, porque reducen la sobreestimulación visual, aunque también pueden aumentar la sensación de cansancio mental.

El azul muy opaco: preocupación y autoexigencia

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El azul apagado o desaturado refleja preocupación persistente, autoexigencia y pensamiento rumiativo.

A diferencia del azul brillante —asociado a la claridad y el optimismo—, sus versiones más grises se vinculan con una tendencia a sobrecargar la mente, especialmente en personas que piensan demasiado cada decisión.

Investigaciones del Journal of Environmental Psychology señalan que quienes atraviesan períodos de estrés suelen rodearse de tonos fríos que les dan sensación de control, aunque también refuerzan la introspección excesiva.

El marrón grisáceo: cansancio emocional y búsqueda de estabilidad

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El marrón apagado, con matices fríos, es un color relacionado con la fatiga emocional. Desde la psicología del color, se lo asocia con personas que intentan regular su entorno para evitar sobresaltos o cambios bruscos.

Es un tono que transmite seguridad, pero también revela un estado interno de agotamiento o necesidad de pausa.

En varios estudios de comportamiento visual, este color aparece entre quienes buscan anclarse en medio de la tensión diaria.

Colores como señal del estado interno

Los colores elegidos no definen la personalidad, pero pueden ofrecer pistas sobre el nivel de estrés, la forma de afrontar la tensión y la necesidad de control emocional.

Comprender estas señales puede ayudar a desarrollar estrategias para bajar la sobrecarga, organizar mejor el entorno y recuperar equilibrio.

La psicología del color recuerda que el bienestar comienza observando cómo nos sentimos y cómo lo expresamos.

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