El cuidado y limpieza de las superficies de cristal no tiene por qué ser un proceso caro y complicado. Con estos trucos podés obtener grandes resultados.
Cuidar las distintas superficies en el hogar es una tarea que muchas veces puede parecer complicada. En el caso de las mesas, sobre todo sin son de cristal, se debe tener especial cuidado en el proceso de limpieza. Esto es debido a los posibles rayones o manchas que puedan aparecer.
Cualquier persona puede aplicar estos trucos sencillos y económicos dentro del hogar, como usar agua con amoníaco y alcohol o vinagre blanco, preferentemente cuando no hay exposición solar directa. La limpieza debe hacerse con paños de microfibra y movimientos circulares o en una sola dirección, en espacios con sombra o sin fuentes de calor cercanas que aceleren el secado del líquido.
Los cristales, al ser superficies que se ensucian fácilmente, muchas veces exigen técnicas específicas. Pero esto no tiene por qué ser complicado ni de difícil acceso.
- El procedimiento empieza con la elección del limpiador adecuado: uno elaborado con cuatro partes de agua tibia, una de amoníaco y una de alcohol isopropílico es eficaz para eliminar grasa, polvo y marcas.
- Si se busca una opción sin químicos fuertes, puede usarse vinagre blanco en lugar del amoníaco. Se debe utilizar una parte de vinagre por cuatro de agua. También es útil una mezcla de agua tibia con unas gotas de detergente para platos. Todas las soluciones deben aplicarse con pulverizador y agitarse antes del uso.
- Durante la limpieza, se pulveriza el cristal y se pasa un paño de microfibra en círculos para retirar la suciedad.
- Luego, se seca en una sola dirección, de arriba hacia abajo o de izquierda a derecha, con otro paño seco que no deje pelusa.
- Las esquinas y bordes se limpian con un cepillo pequeño. Las patas se lavan con agua y jabón. Esto se hace para evitar el contacto con los materiales abrasivos. En caso de cristales grandes o con acumulación de grasa, puede utilizarse papel de diario para secar sin dejar marcas o toallitas de papel con alcohol isopropílico.
El cuidado exige limpieza regular, al menos una o dos veces por semana, sobre todo si la mesa se usa para comer o trabajar. Es fundamental evitar objetos afilados, limpiar inmediatamente después de cada uso y no utilizar esponjas metálicas ni productos abrasivos. En el caso de cristales delicados, el agua destilada es la mejor opción, ya que no deja restos minerales. La exposición al sol durante la limpieza debe evitarse para prevenir que las soluciones se evaporen rápidamente y dejen manchas.