En verano, cuando las temperaturas superan los 30 °C en gran parte de Argentina, hay algunos electrodomésticos que se vuelven indispensable, pero también uno de los que más energía puede desperdiciar si no recibe el mantenimiento correcto: el aire acondicionado.
Técnicos coinciden en que los filtros sucios pueden duplicar el consumo eléctrico, obligando al equipo a trabajar el doble para lograr la misma temperatura.
Por qué el aire acondicionado consume el doble si no se limpia
El aire acondicionado necesita que el aire circule libremente a través de los filtros.
Cuando están sucios por polvo, pelo o polen:
se reduce el caudal de aire,
el compresor trabaja más tiempo a máxima potencia,
la temperatura tarda mucho más en bajar,
sube el consumo eléctrico.
Un filtro tapado puede generar un incremento del 20% al 100% en el uso de energía, dependiendo del nivel de obstrucción.
Además, la suciedad puede provocar:
hielo en la unidad interior,
pérdida de capacidad de enfriamiento,
sobrecalentamiento del motor,
riesgo de fallas prematuras.
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Cada cuánto hay que limpiar los filtros
Los técnicos recomiendan:
Cada 15 días en verano, especialmente si se usa el equipo todos los días.
Cada 30 días en ambientes poco usados o con baja carga de polvo.
En hogares con mascotas, obras cercanas o alta circulación, conviene revisarlos una vez por semana.
Cómo limpiarlos correctamente (según recomendaciones reales de técnicos)
Apagar y desenchufar el aire acondicionado.
Levantar la tapa frontal y retirar los filtros plásticos.
Lavar con agua tibia y, si hace falta, una gota de detergente neutro.
Secar completamente antes de volver a colocarlos.
Nunca usar productos abrasivos, porque dañan la malla del filtro.
Los filtros del evaporador o los de carbón activado (si el modelo los tiene) deben seguir las indicaciones del fabricante.
Señales de que tu aire está consumiendo más de lo normal
tarda más en enfriar la habitación,
sale poco caudal de aire,
la habitación nunca llega a la temperatura marcada,
la unidad exterior está más caliente de lo habitual,
aumenta notablemente el consumo de luz.
Estas fallas suelen relacionarse con filtros sucios o mantenimiento postergado.
¿Limpiar los filtros es suficiente?
Es la tarea más importante y la que más impacto tiene en el consumo, pero no es la única.
Los técnicos recomiendan:
hacer una limpieza profunda una vez al año,
revisar el nivel de gas refrigerante,
mantener despejada la unidad exterior para evitar sobrecalentamiento.
Estas prácticas mantienen el rendimiento y evitan problemas durante los meses de mayor exigencia.