A todos alguna vez en la vida nos ha pasado que, de un instante a otro, nos despierta algo a media noche, por ejemplo, a las 4 de la mañana y cuando abrimos los ojos no hay nadie, ni ruidos ni nada que pueda haber provocado esto.
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A todos alguna vez en la vida nos ha pasado que, de un instante a otro, nos despierta algo a media noche, por ejemplo, a las 4 de la mañana y cuando abrimos los ojos no hay nadie, ni ruidos ni nada que pueda haber provocado esto.
Hay explicaciones biológicas para este hecho. Una de esas es que el cerebro cumplió uno de los ciclos por los que pasa durante el sueño y está entrando en la fase REM o incluso, que la persona está sufriendo de ansiedad y estrés, lo que afecta su sueño. Sin embargo, también se le puede dar una interpretación basada en la numerología.
Este conjunto de creencias que se relaciona con los números afirman que el cuatro es el número que los dioses de los sueños asignaron a la triada conformada por la mente, el cuerpo y el espíritu en estado de descanso.
Con esta premisa podemos decir que despertarte a esa hora sin razón alguna puede estar relacionado a que el espíritu se acerca al cuerpo y a la mente para producir un bienestar espiritual.
Si no es la primera vez que alguien se despierta a las 4:00 de la madrugada, puede tener una razón mística: los oscurantistas dicen que cada hora tiene su significado y que el número 4 en este sentido tiene que ver con el enojo.
Siendo así, puede ser común que cuando el sueño se interrumpe a esta hora la primera sensación sea de este tipo.
Por ello, en vez de sobre pensar las causas de este sentimiento abrumador, lo mejor será dejarlo pasar, seguir durmiendo y atenderlo al día siguiente o en una sesión de terapia. Otra forma es prevenirla al hacer cosas que levanten el estado de ánimo antes de acostarte.