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Se podría decir que el horno eléctrico se convirtió en uno de los electrodomésticos más prácticos para cocinar o calentar comida. Pero para garantizar un correcto funcionamiento y prolongar su vida útil, necesita mantenimiento y una muy buena limpieza frecuente.
Habitualmente se cae en la creencia de que con solo pasarle un trapo húmedo con detergente para platos o algún producto para vidrios, la suciedad se va a ir y es un error, puesto que cada electrodoméstico lleva su tratamiento particular.
1- Desenchufá el horno. Lo ideal es que arranques la limpieza con el horno tibio casi frío.
2- Sacá las bandejas y las rejillas y ponelas en remojo con agua tibia y detergente durante media hora. Pasado ese tiempo y con la ayuda de una virulana o cepillo, remové la suciedad pegada.
1- Mezclá ambos productos hasta formar una pasta.
2- Aplícala con mucho cuidado en el horno.
3- Déjala actuar durante unos 20 minutos.
4- Pasado ese tiempo, retira los restos de grasa y suciedad con un papel de cocina.
5- Instala el horno y espera unos minutos para enchufar.
1- Formá una pasta con un poco de agua tibia y levadura.
2- Aplicá la pasta sobre las manchas más rebeldes que haya en el horno eléctrico y déjala actuar durante media hora.
3- Pasado ese tiempo, retira los restos de grasa y suciedad con un papel de cocina.
4- Instala el horno y espera unos minutos para enchufar.