El concejal de Guaymallén, Miqueas Burgoa (UCR), logró la ratificación de su cargo, en una votación dividida del bloque Cambia Mendoza.
El concejal radical Miqueas Burgoa, detenido en General Alvear por conducir alcoholizado.
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Ramiro Gómez / Los Andes El escándalo del concejal Miqueas Burgoa (UCR) tuvo un capítulo final, digno de serie dramática. La interna entre el intendente de Guaymallén, Marcos Calvente, y su antecesor Marcelino Iglesias, quedó expuesta por la votación dividida del bloque Cambia Mendoza y fue la presidenta del Concejo Deliberante, Verónica Cancela, quien desempató por 7-6 a favor de archivar el proceso de remoción que había impulsado la oposición. También lo respaldó un voto desmarcado de La Unión Mendocina.
En la sesión de este jueves, el "iglesismo" logró ponerle fin institucional a la polémica generada por Burgoa, el concejal que fue detenido por conducir con 1.20 gramos de alcohol en sangre, en General Alvear el pasado 10 de mayo. Es que el propio intendente y hasta el gobernador Alfredo Cornejo, le solicitaron públicamente la renuncia por la gravedad del hecho y se resistió.
En medio de las presiones partidarias que atajó Burgoa, fue el concejal José Pozzoli (PJ) quien presentó un proyecto para que se conforme una Comisión Investigadora sobre su caso y analizar la posible remoción del cargo.
La Comisión de Interpretación Normativa que preside Ezequiel Genovese (radical iglesista) trató la iniciativa y dos semanas después, terminó sacando un dictamen de rechazo por considerarla "improcedente", ya que al tratarse de una contravención y no de un delito puntualmente, no habían fundamentos para avanzar en tal sentido, señalaron.
En ese momento ya se percibió la fractura entre ambos bandos del oficialismo. El despacho llegó solo con votos del sector de Iglesias. Además de Genovese, lo respaldaban Matías Fernández y Florencia Triviño, ediles afínes al exintendente.
Mientras que el sector de Calvente prefirió correrse a un costado y en plena sesión blanqueó las diferencias expuestas por lo bajo. La presidenta del bloque radical, Juana Allende, junto a sus pares Jonathan Mazuela y Cristina Vargas (sin hacer uso de la palabra) se sumaron a los votos negativos contra ese dictamen, junto a los opositores Pozzoli (PJ), Pedro Bastías (Mejor Mendoza) y Exequiel Morales (La Unión Mendocina).
En tanto, el mismo Burgoa, junto a Genovese, Fernández, Triviño y la presidenta del HCD, Verónica Cancela, votaron a favor en conjunto. Lo que parecía ser una elección en soledad del sector de Iglesias ganó el sorpresivo apoyo de la concejal Sonia Sedano (LUM), quien se inclinó por el dictamen, ya que no encontró "pruebas" en comisiones para avanzar con la remoción, indicó.
De este modo, la votación quedó 6-6 y la definición volvió sobre la presidenta del Concejo. Cancela ratificó su posición inicial y votó a favor del archivo del proceso: el resultado fue 7-6 a favor del dictamen que rechazaba investigar a Burgoa.
Minutos antes, Cancela advirtió ante las acusaciones de la oposición que "acá no hay ninguna interna, acá hay un bloque que desde el primer día apoya a esta gestión y lo va a seguir haciendo".
"Mi voto es afirmativo porque una cosa es que un concejal renuncie y otra es destituir a un concejal por un proyecto que no tiene fundamento. Además estaríamos cometiendo un acto antijurídico y antidemocrático, sostuvo la presidenta del HCD de Guaymallén.