Los podemos proteger, hagámoslo

La situación de las terapias intensivas de los hospitales es muy delicada y los profesionales que allí trabajan están sobrecargados de trabajo y afectados emocionalmente, agotados. Cada ciudadano puede contribuir a no afectar más las unidades de TI, cuidándose y no exponiéndose al contagio.

Médicos y enfermeros trabajando en el Hospital Central
Médicos y enfermeros trabajando en el Hospital Central

El cuadro de situación de la enfermedad de coronavirus en Mendoza es por lo menos preocupante. Delicada, podríamos convenir.  El Gobierno provincial lo tiene en claro y está tomando todas las precauciones para que el sistema de salud se mantenga operativo y con todas las respuestas necesarias que demande la población, ya sea para quienes padezcan Covid-19 o cualquiera de las otras dolencias que habitualmente se sufren.

Por estas jornadas ha trascendido la desazón de instituciones de probada seriedad y condiciones profesionales sobre la alta demanda y ocupación de los sistemas de máximo cuidado de la salud de los habitantes.

Una de las advertencias tuvo origen en un comunicado de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), con base en la ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), “Estamos perdiendo la batalla”.  El texto de la institución nacional debe ser considerado por lo menos como muy serio si no alarmante. El resumen es: personal reducido y exhausto, camas con cada vez mayor ocupación y recursos cada vez más escasos.

Eso  ocurrió en la metrópoli, pero también en nuestra provincia hubo una repercusión similar, en el seno de la Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud (Ampros).

Una comisión de esa entidad gremial profesional planteó su temor ante un inminente colapso de servicios por falta de profesionales. Más de 40  jefes de Servicios del Hospital Humberto Notti, mantuvieron un encuentro virtual en el que plantearon la falta de convocatoria y consenso a las decisiones tomadas por la ministra de Salud Ana María Nadal, en relación a la utilización de todos los especialistas para efectuar hisopados y realizar guardias en los Servicios de Guardia común de ese efector de salud.

Esta realidad motivó que la secretaria adjunta de Ampros, destacara que están en riesgo “la súper especialidad” –patologías crónicas- ya que, si un médico se enferma, no hay otro especialista que lo remplace y, por otro lado, la decisión de internar a todos los niños en el Hospital Notti, es altamente preocupante, por el desborde y saturación de servicios ante la falta de profesionales que esto pueda suscitar”.

Es que los profesionales que trabajan en las terapias, no sólo son médicos sino también enfermeros/as y los kinesiólogos y auxiliares.

Todo ese grupo humano es personal escaso porque son planteles en general reducidos en los hospitales y centros sanitarios, que no se pueden formar en un corto plazo, sino que demandan mucho tiempo de entrenamiento.

Por eso volvemos a insistir como lo hemos hecho en columnas anteriores en la necesidad de que todos los ciudadanos/as que puedan, deben abstenerse de ponernos en riesgo de contagio no saliendo o sólo haciéndolo en los casos expresamente permitidos.

Es verdad que ha pasado mucho tiempo de encierro, pero, en el punto en que nos encontramos, ahora conviene y es necesario hacer el esfuerzo final de no exponernos.

Las reuniones con amigos y familia son vitales, pero dejarlas de practicar por un tiempo podría servir para que menos personas se enfermen y tengan que recurrir a los servicios críticos de práctica que, como hemos analizado, están en los límites de sobrecarga y extenuación del trabajo físico y psíquico.

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