El Papa que celebró una misa en Guaymallén

En Mendoza fue recibido con entusiasmos, acá el futuro Pío IX celebró misa en una humilde capilla ubicada en el actual Departamento de Guaymallén.

El Papa que celebró una misa  en Guaymallén
El Papa Pío IX

Pio IX nació en mayo de 1792 bajo el nombre de Giovanni María Battista Pellegrino Isidoro Mastai Ferretti. Oriundo de las Marcas, región italiana con capital es Ancona, lo que le permitió crecer en un ambiente marcadamente religioso. La zona es es famosa por sus numerosos santuarios, destacando Loreto y San Nicolás de Tolentino.

Durante su juventud realizó estudios filosóficos y teológicos en el Colegio Romano. Fue ordenado sacerdote el 10 de abril de 1819. Poco después, comenzó una de las grandes aventuras de su vida: ser parte de la primera expedición enviada a Hispanoamérica por el Vaticano.

Su biógrafo, Vicente Cárcel Orti, señala: “… Mastai Ferretti salió de Roma el 3 de julio de 1823 bajo el pontificado de Pío VII y se embarcó en Génova el 5 de octubre del mismo año en el bergantín Eloísa, elegido ya el nuevo papa León XII. Después de tocar en los puertos de Palma de Mallorca, Gibraltar y Montevideo, desembarcó en Buenos Aires la noche del 4 de enero de 1824. Doce días más tarde marchó para Santiago de Chile, haciendo un largo y penoso viaje por los Andes, primero en coche y luego a lomo de muía, a través de Luján, Córdoba de Tucumán, San Luis, Mendoza, Santa Rosa y de los Andes …”.

La expedición estaba a cargo de Juan Muzi, quién había sido nombrado arzobispo de Chile y viajaba para ocupar el cargo. En su paso por Buenos Aires fueron visitados por el Libertador, quién estaba allí de paso.

Muzi escribió al Vaticano: “Esta mañana el señor general San Martín me honró con su visita y se puso a mi entera disposición para cuanto pudiera necesitar. Marchará pronto a Inglaterra e Italia, donde piensa detenerse un par de años”.

Por su parte, Mastai señaló en una de sus cartas que: “El gobierno, y en particular un tal Rivadavia, hicieron lo posible para sustraernos”. Algunas palabras más abajo calificó a Bernardino como “gran enemigo de la religión y, por consiguiente, de Roma, del papa y del vicario apostólico”, y “el principal ministro del infierno de Sudamérica”.

Teniendo en cuenta la política rivadaviana contraria a la Iglesia no es de extrañar.

Una vez en Mendoza la situación cambió. Aquí fueron recibidos con entusiasmo y el futuro Pio IX celebró misa en una humilde capilla, ubicada en el actual departamento de Guaymallén. Pocos días más tarde siguieron camino a Chile.

Para junio de 1846 aquél joven sacerdote había llegado a la cima, convirtiéndose en el Papa Pió IX.

Meses más tarde, en el marco de su primer viaje a Europa, Domingo Faustino Sarmiento visitó al flamante Pontífice. Dejó las siguientes impresiones al respecto: “… Habiendo tenido la satisfacción de ser el primer americano, a quien S. S. recibiese, pude oír de su boca, cuantas muestras puede darse de afección por un país (…) Preguntábame de la salud y existencia de muchas personas que yo no conozco en Chile, Mendoza y Buenos Aires y su complacencia era extremada cuando podía yo darle noticias satisfactorias. (…) Pío IX puede sin impropiedad ser llamado el Papa americano, pues que, desde el descubrimiento hasta nuestros días, es él, el primero que antes de subir al solio pontificio, haya conocido el nuevo mundo. Esta idea al menos, parecía agradarle sobremanera a él mismo, cuando yo me tomaba la libertad de manifestarle el gozo que debían sentir en América al saber su feliz exaltación”.

Más allá de los deseos sarmientinos faltaban muchos años para la llegada de un Papa americano.

* La autora es historiadora

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