31 de julio de 2025 - 23:05

Nació el bebé "más viejo" del mundo: fue creado a partir de un embrión congelado hace 30 años

El embrión, concebido en 1994, estuvo conservado durante décadas hasta ser implantado. Su familia lo ve como un auténtico milagro, tanto en lo médico como en lo emocional.

Un bebé nacido el fin de semana pasado ostenta el nuevo récord de ser el “bebé más viejo” del mundo. Se trata de Thaddeus Daniel Pierce, quien llegó al mundo el 26 de julio, pero se desarrolló a partir de un embrión que estuvo almacenado durante más de 30 años.

“Tuvimos un parto difícil, pero ahora ambos estamos bien”, contó la madre, Lindsey Pierce, a la revista MIT Technology Review. "Está tan tranquilo. ¡Estamos maravillados de tener a este precioso bebé!", agregó Lindsey que junto a su esposo, Tim Pierce, residen en Ohio, Estados Unidos.

La pareja adoptó a través de una empresa de donaciones cristianas el embrión de una mujer que lo creó en 1994. Desde la congregación creen que “es como algo de una película de ciencia ficción”.

Nació el bebé más viejo del mundo
Tim y Lindsey Pierce al momento de la colocación del embrión

Tim y Lindsey Pierce al momento de la colocación del embrión

El dato curioso e irreal es que el bebé recién nacido ya tiene una hermana de 30 años. Además, su actual padre era un pequeño niño cuando se creó el embrión de Thaddeus. “Ha sido bastante surrealista”, afirmó Linda Archerd, la mujer de 62 años que donó el embrión años atrás.

Reproducción asistida

La historia empezó a principios de los 90 cuando Archerd llevaba varios años intentando quedar embarazada junto a su marido. Ante la situación, la pareja decidió probar la fecundación in vitro, una tecnología nueva para aquella época.

“Mucha gente se preguntaba: ‘Qué estás haciendo?’”. De todos modos la pareja rompió los estereotipos y en mayo de 1994 lograron crear cuatro embriones. Uno de ellos se implantó en el útero de Linda y el resultado fue una niña sana.

"Tuve la suerte de tener un bebé", dice Archerd. Los otros tres embriones fueron congelados mediante criopreservación y almacenados en un tanque especial. Eso ocurrió hace 31 años. La bebé que nació sana se ha convertido en una mujer de 30 años, madre a su vez de una niña de 10.

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Sin embargo, los tres embriones restantes permanecieron intactos, detenidos en el tiempo. La intención de Archerd siempre fue utilizarlos ella misma.

"Siempre quise desesperadamente tener otro bebé", afirmó. Al tiempo, Archerd atravesó un divorcio, pero logró quedarse con la custodia de los embriones, que decidió conservar almacenados con la ilusión de poder usarlos en el futuro, tal vez junto a una nueva pareja.

Esa decisión implicó asumir un costo anual de almacenamiento, el cual fue incrementándose con el tiempo y terminó representando un gasto de aproximadamente mil dólares al año, según señala MIT Technology Review.

"Siempre pensé que era lo correcto", afirmó. Sin embargo, su perspectiva cambió cuando comenzó la menopausia. En ese momento, evaluó distintas posibilidades. No quería desechar los embriones ni permitir que se usaran con fines científicos.

Tampoco le resultaba aceptable entregarlos a otra familia sin saber quiénes serían, deseaba conocer tanto a los futuros padres como a los niños que pudieran nacer. "Es mi ADN; proviene de mí... y es del hermano de mi hija", ha contado.

Fue entonces cuando conoció la opción de la "adopción" de embriones, una forma específica de donación en la que tanto quienes donan como quienes reciben pueden participar activamente en la elección de a quién "colocar" sus embriones o de quién los "adoptan".

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