“Llevate a mi hija, que no le falte nada”, el ruego de un ucraniano a una periodista argentina

Sol Macaluso cubre los acontecimientos de la guerra en el Este de Europa para cadenas españolas y mexicanas, y relató la dramática situación que le tocó vivir días atrás cuando tuco que salvar a una niña.

Una periodista argentina en Ucrania contó que su guía en la zona de guerra le pidió que se quedara con su hija.
Una periodista argentina en Ucrania contó que su guía en la zona de guerra le pidió que se quedara con su hija.

La periodista argentina Sol Macaluso se encuentra en Ucrania cubriendo todos los acontecimientos surgidos de la guerra entre ese país y Rusia, cobertura que la lleva adelante para la señal española Telecinco.

En una de las salidas, Macaluso no pudo contener las lágrimas y tras varios intentos logró explicar la dolorosa historia que acababan de vivir: debido a la convocatoria que el gobierno ucraniano lanzó hacia los hombres mayores de edad para que integren las filas del ejército, uno de los guías locales que los acompañaba por el territorio invadido le pidió que se llevara a su hija y la pusiera a resguardo.

“Creo que nadie está preparado, la verdad, esta gente la conozco hace un mes. Hemos compartido todo el día de información”, expresó Sol y agregó: “Es muy duro que se tengan que quedar a defender a su país, dejar a su familia y que venga alguien y te diga por favor llévate a mi hija y hazte cargo de ella, que no le falte nada. ¿Qué le vas a decir? no hay palabras…”.

Tras la palabra de la corresponsal, desde el estudio indagaron sobre la situación de la niña en cuestión y si se la iba a llevar, a lo cual la cronista aclaró: “Claro, es mi familia ahora, es mi hermana”.

Los cibernautas han destacado la valentía y profesionalismo que ha tenido Sol en cada nota informativa que comparte.

Luego, en sus redes sociales la periodista aportó más detalles sobre la situación: “Antes de ir a dormir reitero xq no me quiero llevar todas las flores yo x este gesto, la misma aceptación que tuve yo a la petición de Max para llevarme a su hija, la tuvo mi hermoso equipo de trabajo, y es Martina quien se ha ido con ella a cruzar la frontera para irse a España”.

Tras esto, agregó una frase desgarradora que ejemplifica el sufrimiento de la guerra: “Max y Stephan dormirán con el corazón dividido en mil pedazos: la tranquilidad de saber que tu familia está en un lugar seguro, y la tristeza de haberse tenido que separar”.

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