Fernando Astorga, un médico de 37 años de la comuna de Los Andes (Chile), vivió en carne propia una historia indignante: un Audi Q8 de alta gama apareció registrado a su nombre, junto con una deuda millonaria que nunca contrajo. Ahora deberá pagar.
En Chile, un hombre se llevó una indignante sorpresa cuando chequeó por internet que tenía un auto que nunca fue suyo. La enorme deuda y cómo fue que llegó a esa situación.
Fernando Astorga, un médico de 37 años de la comuna de Los Andes (Chile), vivió en carne propia una historia indignante: un Audi Q8 de alta gama apareció registrado a su nombre, junto con una deuda millonaria que nunca contrajo. Ahora deberá pagar.
Tal como reveló BioBioChile, todo comenzó hace unas semanas, cuando recibió un llamado inesperado de un carabinero de Puerto Montt. Al médico le informaron que un lujoso vehículo estaba inscrito a su nombre. “Desconocía la situación, pensé que me estaban estafando y corté”, contó Fernando.
Sin embargo, la inquietud no se disipó. Ingresó su RUT -documento de identidad- en el registro de vehículos de Chile y ahí estaba: un Audi Q8 figuraba como suyo. El detalle es que él nunca lo compró, nunca lo condujo, y mucho menos firmó un contrato.
Con el auto también llegó una deuda de casi 40 millones de pesos chilenos (unos 42.500 dólares), financiada por Santander Consumer, a pagar en 48 cuotas desde enero de 2025. En total, el crédito -cuyas condiciones Fernando jamás aceptó- supera los 65 millones de pesos chilenos (unos 69.100 dólares).
Para entender este insólito caso hay que remontarse a noviembre de 2024, cuando un grupo de estafadores habría usurpado la identidad de Fernando, utilizando apenas su nombre completo y su RUT, para simular una compra.
El resto de los datos -dirección, ocupación, firma- no coincidían con los de la víctima. La dirección usada en el contrato era de Gorbea, en La Araucanía. La supuesta venta se hizo a través de una concesionaria llamada "Automotriz del Sur – Rupanco SpA", en Puerto Montt.
De hecho, al investigar por su cuenta, Fernando dio con el verdadero dueño del Audi Q8, quien tampoco comprendía cómo su vehículo pasó a estar a nombre de un extraño. El auto nunca salió de su casa, pero su propiedad fue alterada en los papeles. Fue una compra y venta, pero sin comprador ni vendedor.
“Yo hablé con el dueño del Audi. Tal como yo, esta persona se enteró que su auto no estaba a su nombre y que no podía hacer nada con el vehículo. Es su auto, lo tiene en su casa, en su estacionamiento. Sólo que, un día, el auto de él apareció a nombre mío“, comentó Fernando.
Tras chequear la estafa, Fernando denunció el caso ante la Policía de Investigaciones (PDI) por usurpación de identidad y estafa, y también formalizó un reclamo ante Santander Consumer. También comentó que le habían hackeado su clave única, algo que podría haber derivado en el delito.
La entidad financiera derivó el caso a su área judicial y, tras analizar los antecedentes, etiquetó el crédito como "fraude". Actualmente, los abogados del banco están investigando la operación y Fernando espera que se anule la deuda que ya lleva seis cuotas impagas.
Mientras tanto, el médico continúa atrapado en una pesadilla legal y burocrática, en la que aún figura como deudor moroso por un auto que nunca pidió, ni manejó, ni quiso tener.