Imputan al “Cara cortada” por un crimen a un mes de salir de prisión

Desde que Oscar Brian Gordillo (18) fue acribillado en la mañana del 19 de abril pasado, el popular "Cara cortada" se transformó en el principal sospechoso. Pocos días antes había salido de la cárcel y en el Oeste de Godoy Cruz había temor por lo que pudiera hacer en libertad. Un mes después del crimen, fue imputado.

La víctima fue atacada a las 7 de aquel domingo, mientras se encontraba en calle La Virgen, uno de los ingresos al Campo Papa. Sus agresores acertaron siete tiros en su cuerpo, que obligaron a su traslado inmediato al hospital Central. 

En el sanatorio permaneció una semana, hasta que el 26 de abril murió. Había recibido tres impactos de bala en el abdomen, dos en el pecho, uno en el antebrazo izquierdo y otro en el codo derecho.

En la ambulancia, Gordillo tuvo instantes de lucidez y acusó por el hecho a Franco Ábrego (23), el "Cara cortada", y a otro sujeto apodado "Ojo de vidrio". Esto luego no lo pudo declarar formalmente por su muerte y la testimonial de su madre apuntaría contra otros sospechosos. 

Sin embargo, el avance investigativo con pruebas y testigos volvió a poner al "Cara cortada" como acusado. Ábrego semanas antes había sido detenido por violar la cuarentena, y al tener antecedentes, lo dejaron en prisión. Ayer el fiscal Gustavo Pirrello lo imputó por homicidio agravado por el uso de arma de fuego en perjuicio de Gordillo. 

Durante la imputación no declaró en relación al crimen y sólo se limitó a decir que cuando rompió el aislamiento obligatorio no estaba al tanto de esa disposición del Gobierno y que había salido a comprar tortitas.

Ahora los detectives van por su cómplice, que ya está identificado -”Ojo de vidrio”- pero que por el momento no fue arrestado.

Tristemente célebre 

A su corta edad, Ábrego ya ha sido investigado por otros cuatro asesinatos (el de Gordillo sería el quinto), protagonizó fugas en el ex COSE y estuvo preso en el penal hasta abril pasado por diferentes hechos. 

A este joven también se lo incluyó dentro del temible grupo de "Los angelitos de la Yaqui", Sandra Jaquelina Vargas, la narco de Godoy Cruz condenada a 15 años.

Además, su apellido trascendió públicamente en 2014 más allá de lo policial y judicial, cuando accedió a una cirugía estética en su rostro financiada por el Estado y con el fin de que dejara de ser estigmatizado por una cicatriz que presentaba. Esta marca es la que motivó su conocido apodo. 

Por su parte, "Ojo de vidrio" también es del mismo ámbito y está aún más vinculado con la "Yaqui"; es yerno de esta mujer y llegó a juicio con ella por el tráfico de drogas y lavado de activos, pero en el debate fue el único absuelto de la banda.