Fruticultura: la innovación y el cambio en la ciruela para industria

El autor de esta nota asegura que es necesario trabajar sobre cambios estructurales para comenzar a mejorar los rendimientos por hectárea. Estima que se deben adaptar nuevas tecnologías.

El autor de esta nota asegura que es necesario trabajar sobre cambios estructurales para comenzar a mejorar los rendimientos por hectárea.
El autor de esta nota asegura que es necesario trabajar sobre cambios estructurales para comenzar a mejorar los rendimientos por hectárea.

Lo único constante es el cambio. En el mundo todo cambia, las tecnologías evolucionan constantemente, superando hoy lo que aprendimos e hicimos ayer. No podemos dar como válido algo que descubrimos, por más que sea superador de nuestros conocimientos. Debemos asumir que eso mañana puede cambiar.

La innovación se considera como algo que lleva al cambio, a hacer las cosas de manera distinta. La innovación no está escrita, es un libro de nuestra autoría que escribimos todos los días. La innovación es optimista por naturaleza. Nadie innova para empeorar, la evolución está implícita. También relacionada con el optimismo innato del agricultor, “el mejor año es el que viene” La innovación es cambio.

Como todo cambio, requiere esfuerzo, genera resistencias y precisa visión y liderazgo. Para innovar se requiere el cambio en la cultura, en la organización, en la estrategia y en la forma de trabajar. Por otra parte, el diferencial actual del cambio, respecto de épocas anteriores, es su multiplicidad y su velocidad, lo que podemos llamar “cambio acelerado”.

Un cambio acelerado es aquél en que la velocidad de cambio se incrementa y llega a ser superior que la capacidad de aprendizaje de las personas y de las organizaciones. El ser humano es un sistema biológico abierto, innovador por naturaleza ya que, en el transcurso de la evolución, se ha adaptado continuamente a los cambios en el entorno. No obstante, la cultura, la historia vivida, las influencias familiares, las condiciones del entorno, lo vuelven conservador, desconfiado y resistente al cambio.

Con el paso del tiempo, se han levantado barreras a la innovación y estas barreras llegan a ser un verdadero freno o inhibidor a la tendencia natural de innovar. Es cierto que, además, la innovación lleva implícito un cambio y frente al cambio se generan reacciones. A pesar de la normalidad de la adaptación y del cambio, éste tiene sus detractores y sus estrategias de resistencia. Es decir, algunas personas y organizaciones generan resistencias al cambio y, por tanto, a la innovación. En el cultivo de la ciruela para industria, se han producido muy pocos cambios desde hace 30 – 40 años, mientras el mundo evolucionó con nuevas técnicas de cultivo, riego, nutrición, bioestimulantes, hormonas, defensa de riesgos climáticos, etc.. Aquí se siguen haciendo las mismas prácticas desde hace décadas.

Los resultados siempre fueron pobres; muy bajas productividades, bajos calibres, añerismo, mancha roja, problemas fitosanitarios, envejecimiento, decadencia. Si se generan cambios en las técnicas de cultivo, todos los problemas se pueden revertir, generando un nuevo escenario de altas productividades, mejora de la calidad, producciones estables y sustentables. En síntesis: creación de valor en la cadena.

Hay que innovar en los siguientes aspectos:

1- Preparación de los suelos: se deben romper las capas compactadas que limitan el desarrollo radicular,. Un árbol con raíces profundas y bien desarrolladas, serán el soporte de grandes producciones, en cantidad y calidad.

2- El crecimiento de la planta en el año 1: debe ser muy importante. Generará las producciones del año 2 y año 3, las bases de la precocidad. Esto permite un rápido recupero de la inversión.

3- La nutrición foliar: desde la floración, hasta la cosecha, se pueden lograr grandes cambios, en cuaje, retención de frutos, desarrollo foliar y calibre de frutos.

4- El riego, la instalación de sistemas presurizados por goteo y el monitoreo y control de riego, permiten grandes avances en lograr desarrollo foliar, calibre y peso de fruto y en la eliminación de caídas por mancha roja.

5– El control de heladas. Existen nuevos métodos, de probada eficacia para prevenir daño de heladas por aplicación de riego supra arbóreo de bajo volumen, con muy bajos requerimientos de agua, que es el recurso más escaso en Mendoza.

6- Alta densidad, nuevos sistemas de conducción, permiten aumentar la precocidad, mecanización y reducción de mano de obra, además de obtener altas producciones finales.

7- Internet de las cosas. Permite automatizar todas las aplicaciones de agua y nutrientes, automatización de sistemas de control de efectos climáticos, todo interrelacionado con monitoreos a distancia y variables meteorológicas, logrando eficientizar las labores y eliminando los costos de mano de obra.

8- Adaptación de otras tecnologías desarrolladas en fruticultura; seguimiento satelital del cultivo, mapeos de suelo, conteo digital de frutos, pronósticos de cosecha, detección y prevención de enfermedades, aplicaciones con drones.

Mantener la evolución constante, en cada uno de estos aspectos. Todos los días aparecen cosas nuevas, ensayos, investigaciones, nuevas experiencias, nuevas tecnologías, nuevos productos, nuevas relaciones y contactos. En síntesis, debemos innovar todo el tiempo, nada es permanente, todo cambia. Lo único que no debe cambiar es la innovación para avanzar en el cambio constante. Hoy debemos construir las bases para el cambio de mañana y así sucesivamente.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA