Con ese doble atractivo llegará, quizás a fines de este año, "La Casaca de Dios". Echando mano a la mitología maradoniana, y sobreponiéndose con estoicismo al catastrófico panorama del cine argentino actual, es una película que dará que hablar no solo en Argentina, sino en el mundo. Protagonizada por Jorge Marrale y Natalia Oreiro, este (tercer) filme de Fernán Mirás celebró semanas atrás la culminación de su rodaje. Muchos destacaron que, en ese momento, era la única producción argentina marcando luz - cámara - acción.
La trama se sitúa en vísperas del Mundial 2022, donde ya este viejo utilero del 86, que es el protagonista, Tití Malvestiti (interpretado por Jorge Marrale), descubre que la icónica camiseta de Maradona, la que el mismo Diego regaló a los ingleses y nunca volvió a la Argentina, será subastada. Para Tití, esa casaca representa mucho más que una reliquia deportiva: está profundamente ligada a su propia vida y a la memoria colectiva de un país. Decidido a recuperar ese pedazo de historia, emprende una aventura que, más allá de recuperar la camiseta, significa unir una relación rota, por la muerte de un hijo en Malvinas.
- ¿Cómo surgió la película?
-“La Casaca de Dios” nace en el 2015. En unas vacaciones familiares en Brasil, un amigo me cuenta sobre la historia poco conocida de la camiseta del Diego, en el mundial 86. La camiseta era falsa, las camisetas azules suplentes contra Inglaterra fueron truchas, las salieron a buscar por todo el DF mexicano 48 horas antes, con números de fútbol americano y escudos cosidos precariamente por las empleadas del estadio. Me fascinó la historia y mandé a desarrollar diferentes guiones, pero todos desde el eje documental. Y comencé desde Frontera+ a financiar diferentes tipos de historias creadas alrededor de esta premisa.
-Es un guion con una interesante variedad temática, que llama la atención.
-Ángel Zambrano, Antonio Pita y Jorge Pérez Gaudio me acompañan en la película, yo estuve involucrado desde la gestación creativa del proyecto. Ya en el 2020, en plena pandemia, nos asociamos con Zambrano, quien fue el que realmente aportó la “visión cinematográfica” al concepto. Recuerdo que me dijo: "Ramiro, esto es mainstream. Hay que hacer una gran ficción". Y fueron años de financiar diferentes tipos de guiones, guionistas y directores, hasta encontrar el correcto, que fue Marcos Carnevale. Marcos armó una historia única, desde una diagonal que nos permitió abarcar muchos temas complejos para una película y que quedan bien: Mundial 86, Maradona, Malvinas, un padre abandónico, una hija que quiere saber quién es y qué hacer, el mundial de Qatar, Messí, el fútbol, la pasión argentina. Muchos temas. Hay que ser realmente muy bueno para poder cocer todo junto y que quede un guion como el que escribió Marcos.
-¿En qué momento se sumó el equipo artístico?
-Bueno, ahí fuimos a buscar a Fernán Miras como director y a Natalia Oreiro, quienes cambiaron completamente la historia de la película. Y gracias al guion y a ese paquete de talentos (poco común para una película argentina) es que pudimos contar con el apoyo de Antonio Pita y Jorge Pérez Gaudio, productores de Prisma Cine, quienes se subieron inmediatamente a la película, dando una asistencia crucial para que pudiéramos realizarla. Lo interesante de esa combinación es que Antonio sabe mucho de cine y armado de proyectos: desde incentivos, institutos y administración general. Y Jorge viene del mundo de los negocios y la publicidad, con una visión internacional muy parecida a la mía y la de mi socio Ángel. Y todo el análisis que hicieron fue el correcto. Esta es una película global que abarca todo tipo de audiencias, y por sobre todas las cosas, una película fuera de lo común para el cine argentino.
-Es un paso de gigante para Frontera+, incluso a nivel streaming, ¿no?
-Cuando Ángel logró la luz verde de Amazon Prime Video, lo que garantiza una amplia distribución de la película tras su estreno en cines, es que realmente teníamos la película que siempre habíamos soñado. En el camino se logró que se unieran grandes colegas como Axel Kuschevatzky (de la compañía Infinity Hill), quien se sumó como productor ejecutivo, aportando su experiencia en el mercado global, y la doctora Mariana Volpi como productora asociada. Estas incorporaciones fueron con un objetivo de posicionar la película con estándares internacionales sin perder su esencia local.
-¿Cómo fue la filmación?
- Si bien la trama tiene alcance internacional, toda la película fue filmada en Buenos Aires, recreando tanto entornos cotidianos argentinos como secuencias de época ligadas al Mundial ’86. En términos de situación actual, “La Casaca de Dios” acaba de alcanzar un hito importante: finalizó su rodaje en abril de 2025. Esto ocurrió en medio de un panorama nacional complicado, donde la mayoría de las producciones estaban detenidas –de hecho, la prensa destacó que era “la única película que se estaba rodando en Argentina” en ese momento, lo cual subraya el mérito de haberla llevado a cabo. Con la filmación ya completada, el proyecto ha entrado en la fase de posproducción (edición, efectos visuales, música, etc.).
-¿Cuándo va a estrenar y cómo será la distribución?
-Se espera estrenarla en salas de cine de Argentina y Uruguay, en diciembre / enero 2026, para luego lanzarla en la plataforma Amazon Prime Video abarcando toda Latinoamérica. Esta estrategia mixta de distribución apunta a captar tanto al público local en la pantalla grande como a la audiencia masiva vía streaming. Como decíamos, es una historia con corazón argentino y alcance universal.
- Puntualizando en Mendoza, ¿cómo se vislumbra el panorama de la industria, que ya advertiste que es muy difícil?
-La producción no solamente en Argentina y en Mendoza, sino que en el mundo está relativamente estancada, comenzando poco a poco a moverse hacia números un poco más alentadores. El parate que se sufrió es en términos evolutivos, y de alguna manera fue lógico. Acá se mezclan vario temas: la aparición de las plataformas, la eliminación de la publicidad como modelo de sostenimiento, una estrategia que claramente no le funcionó y en el medio una pandemia aceleró un proceso normal de transformación en el consumo generacional que debía darse en alrededor de siete a 10 años y lo aceleró en uno y medio. Entonces, es lo que tenés ahora: un estado de shock. Esta nueva ola se va a terminar de acomodar en los próximos tres años y vamos a entrar en un ritmo un poco más acostumbrados a lo que estábamos antes de la pandemia. Pero todavía falta el desafío de encontrar modelos rentables que garanticen que siga funcionando. En esa línea hay ciertos caminos, pero no del todo claros y te sorprendería saber que la mayoría de los productores están totalmente desorientados.
- En Mendoza hay programas que ayudan, como el cash rebate.
- Los instrumentos de rebate son muy buenos, lo que hacen es funcionar como una especie de aspiradora de lo poco que hay dando vuelta con financiamiento casi consolidado y lo traés a lugar de producción, por eso es tan importante hoy tenerlo y que incluso se quintuplique. Sin embargo, acá lo único importante en términos industriales es que Argentina logre un consumo sustentable de sus propios contenidos, ya sea de películas o series: esa es la clave para que nuestras propias películas tengan un mercado nacional que genere una rueda de dinero, lo suficientemente grande para que tenga un crecimiento sostenido.
-¿Y cómo está puntualmente Frontera+?
-Gracias a Dios venimos con un buen ritmo de desarrollo de proyectos. Todos estos años nos dieron un músculo y un conocimiento sobre cómo hay que armar proyectos internacionales, con la mayor distribución internacional posible. Hoy tenemos 17 proyectos en diferentes etapas, pero la verdad es que estamos muy tranquilos y la idea es hacer una o dos películas cada dos años, pero de lo mejor que se haga en Latinoamérica. Lo qué pasa también es que en el medio siempre te va apareciendo la siguiente historia, y a veces es difícil darle prioridad a las cosas, porque algunas aparecen y son inmediatas. Gracias a nuestro gran diferencial, que es tener un esquema de negocios muy sólidos y la monetización de los mismos, te permiten armar una línea industrial, donde lo que se trata es de reducir el riesgo del ROI (Retorno de la Inversión) al máximo.
-Es un tanto paradójico que, justo en este panorama, "El Eternauta" esté consiguiendo un éxito inédito en el mundo para un audiovisual argentino. ¿Cómo ves este gran hito de la industria audiovisual argentina?
-Es un hito para Argentina. Tranquilamente lo comparo con un fenómeno como "La casa de papel" en España. Es bueno que le hayan dado la segunda y creo que tercera temporada, ya que asegura una cantidad de puestos de trabajo impresionante, pero por sobretodo la validación más grande para el país es el contenido premium de calidad internacional, y en áreas como los efectos visuales. Ahora que tenés la atención de una audiencia que abarca muchos países, tenés el desafío de sostener este tipo de producciones.
De Mendoza al mundo
Frontera+ (anteriormente conocida como Frontera Films) es la productora fundada y presidida por Ramiro Navarro en 2010, y ha sido el vehículo para la mayoría de sus proyectos. Desde sus inicios en Mendoza, y hoy en Los Ángeles y Buenos Aires, Frontera+ se caracterizó por una vocación internacional y por diversificar sus áreas de trabajo: cine, series y publicidad. En sus primeros años, Frontera+ cimentó su reputación con documentales y contenidos vinculados al vino (“El camino del vino” fue un ejemplo emblemático), llegando a desarrollar casi un “monopolio del mundo del vino en el cine” durante esa etapa, con filmaciones en lugares tan diversos como Japón, Medio Oriente, Europa y todo Latinoamérica.
Este nicho temático le permitió a la productora ganar experiencia logística filmando en locaciones remotas y exóticas, a la vez que forjar alianzas con festivales y bodegas, posicionando la marca Frontera a nivel global. Con el tiempo, Frontera+ amplió su alcance hacia la ficción y las coproducciones internacionales. Un punto de inflexión fue su participación en la película “Mi amigo el pingüino” ("My Penguin Friend", 2024), logrando la primera coproducción de Hollywood con una empresa mendocina. Otros proyectos de relevante internacional fueron "Simón de la montaña", "Mensaje en una botella" (próximamente en Amazon Prime Video) y la primera película en inglés de Pablo Trapero, "& SONS".