La modelo respondió ante los comentarios que recibió. También habló sobre el conflicto que mantiene con su ex pareja, Martín Redrado.
Luciana Salazar volvió a instalarse en la conversación pública a partir de dos movimientos paralelos: la decisión de vender su ropa de manera online y una nueva serie de declaraciones en las que profundizó el conflicto con su expareja, Martín Redrado.
La modelo explicó que la acumulación de prendas en su vestidor impulsó la iniciativa comercial y lo hizo con el tono humorístico que suele acompañar sus apariciones mediáticas. En una entrevista con Puro Show detalló que aceptó la propuesta porque ya guardaba demasiados outfits y añadió, con ironía, que algunas de esas prendas no podían “llevarse a una iglesia”, comentario que marcó el matiz distendido de la conversación antes de girar hacia un terreno más tenso.
La charla dio un vuelco cuando retomó el conflicto por la cuota alimentaria de su hija Matilda. Salazar sostuvo que las respuestas públicas de Redrado ante las recientes discusiones judiciales vuelven a colocar el foco en los derechos de la menor y generan una situación que considera insostenible.
Recordó su reciente descargo en redes y subrayó que, desde su perspectiva, la vulneración hacia su hija continúa a pesar de los fallos y acuerdos firmados en el pasado. Enmarcó estas disputas en una dinámica que, según remarcó, arrastra desde hace años, con instancias judiciales, documentos notariales y resoluciones que exhibe como respaldo.
En esa línea, Salazar afirmó que su exmintió sobre la existencia de acuerdos y sobre su situación como deudor alimentario. Explicó que el uso de un seguro de caución no modifica el origen de la obligación y aclaró que lo reclamado no tiene relación con dinero para uso personal, sino con gastos escolares y vivienda, que encuadra como derechos básicos de Matilda.
Cada una de estas afirmaciones estuvo acompañada por referencias a documentos que, según dijo, ya exhibió públicamente y que, para ella, desmienten las versiones de Redrado.