Los cortometrajes de 2021 sirvieron de parteaguas para el espectáculo de la Fiesta Nacional de la Vendimia. Le aplicaron un "refresh" que, en su momento, muchos miramos con esperanzas de renovación y que, de hecho, en ediciones posteriores supo confirmarse con la incorporación sostenida de nuevas ideas, nuevos lenguajes e incluso nuevos directores como Federico Ortega Oliveras, Franco Agüero y Pablo Perri. En este sentido, es notable que, de cuatro vendimias post pandémicas, dos hayan sido capitaneadas por Agüero, un experimentado bailarín y coreógrafo que en 2023 debutó como director general. En esa ocasión, "Juglares de Vendimia" salió airosa gracias a un arsenal de buenas ocurrencias, que ayudaron a contrarrestar la falta de experiencia teatral. Y en esa balanza, fue un espectáculo tan vigorizante y con tanta contundencia en su mensaje ecologista, que terminó funcionando.
Con " Guardiana del vino eterno", que se vio anoche en el teatro griego Frank Romero Day y repite este domingo por única vez, es otra la historia. Esta nueva permutación de los rígidos tópicos vendimiales, ahora firmada por Agüero y Paula Barbuzza (en guion y dirección coreográfica), resulta en un ejercicio teatral desconcertante, cuya principal virtud pasa exclusivamente por los recursos efectistas del baile y la música a gran escala.
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De esencias y cosas eternas
A ver: no hay que olvidarse que anualmente se concursa un guion que enaltece una materia prima que, de otra forma, sería una mera exhibición de cuadros tradicionalistas. Se trata de un guion en el medio de una encrucijada de desafíos: tiene que encontrar libertad creativa en un corset de lineamientos preestablecidos, tiene que encontrar luces nuevas en fórmulas vetustas, tiene que lograr entretener, emocionar y al mismo tiempo transmitir una tradición que se convirtió, con el paso de las décadas, también en un producto turístico. En última (o primera) instancia, también tiene que llegar al corazón de los trabajadores del vino.
Es mucho, sí. Y aunque es difícil que todos estos preceptos se cumplan, siempre es importante que el público y los televidentes puedan decodificar con claridad el mensaje específico de cada propuesta y llevarse consigo una historia. En este plano fundamental es donde "Guardiana del vino eterno" empieza a tambalear.
La premisa del espectáculo, incluida en el dossier oficial, nos dice: "La esencia de una bodega despierta al oír a la tierra, alumbrar nuevos retoños de vides; entonces revive con ella, su misión de resguardo y su pacto con la tierra: preparar al vino, que llevará al pueblo de Mendoza a la eternidad".
Acto Central de la Fiesta Nacional de la Vendiimia 2025
Espectáculo "Guardiana del Vino Eterno" para celebrar la Fiesta Nacional de la Vendimia 2025.
Los Andes / Ramiro Gómez
Así, la idea se plasma en un guion alimentado por más de 700 artistas sobre el escenario, que está dividido en 12 cuadros y 17 escenas. El viaje abre en el momento en que la esencia de la bodega da la bienvenida al nacimiento de los brotes (Cuadro 1: "El pueblo del vino"). Mientras avanza el relato, los retoños cuentan de dónde viene el sabor y aroma del vino (invitando a los varietales a escena), luego se produce la esperada escena nocturna de los tomeros, asistimos a la celebración de la cosecha en un patio bodeguero, etcétera...
Hay secuencias bellas, pero extrañas: ¿por qué en un cuadro que quiere representar la crisis vitivinícola vemos a cientos de canillitas con un diario que anuncia en primera plana "Hombres tomando vino"? Tras un cuadro en el que la bebida nacional brinda con el mundo (con siete títeres gigantes que personifican los continentes), el vino se despide de la esencia de la bodega para volver al pueblo (Cuadro 12: "La despedida"). Porque, como leíamos, la guardiana del vino eterno del título no es otra que la propia esencia de la bodega, y es por eso que está siempre en escena, como la anfitriona de un periplo erigido a base de confusas relaciones alegóricas y teleologías.
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Espectáculo "Guardiana del Vino Eterno" para celebrar la Fiesta Nacional de la Vendimia 2025.
Los Andes / Ramiro Gómez
En este solemne guion, de exiguos diálogos y escasos momentos de tensión o de humor, los cuadros se van articulando con dificultad, y a veces ni se articulan. Eventualmente, para ser justos, también destellan aciertos narrativos, que habrán sacado una sonrisa a más de un conocedor de la cultura vitivinícola: algunos son el homenaje a Michel Pouget (Cuadro 2 - "Sinfonía de los varietales"), el guiño metatextual a las reinas de mandato cumplido (Cuadro 4 - "Lagares de la historia") y la idea de personificar a los taninos como una ola efervescente de bailarines (Cuadro 5 - "El romance del roble y la bodega").
Danza y música en primer plano
Más allá de la dramaturgia en sí, Franco Agüero (quien en "Juglares de Vendimia" contaba con el pulido guion de Jorgelina Flores) tuvo oportunidad de inclinar la balanza hacia el lucimiento escénico, y lo hizo volcándose a la disciplina que más conoce: la danza. Junto a Barbuzza, quien asumió igualmente la dirección coreográfica y tiene en su haber cinco vendimias nacionales desde 2018, hicieron de "Guardiana del vino eterno" un espectáculo que funciona básicamente a tracción a sangre.
Es innegable que a esta altura las puestas vendimiales han alcanzado un piso de calidad que podríamos considerar inalterable, sobre todo cimentado por la opulencia de un enorme cuerpo de baile y de músicos de evidente virtuosismo. Una vez más, el pulso del espectáculo está confiado casi exclusivamente a ellos. El grupo de bailarines contemporáneos atiende con todo el entusiasmo las caligrafías coreográficas, poniendo a prueba su versatilidad sobre todo en el Cuadro 11 - "Brindis con el mundo", en donde se produce un popurrí de danzas de distintas culturas (incluido un momento Bollywood). Los folclóricos, por su parte, encandilan con su gracia. Al final, conquistan el último cuadro con el malambo sísmico que zamarrea al público de tal manera que muchos, pese a los claroscuros de la puesta de turno, vuelven contentos a sus casas.
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Espectáculo "Guardiana del Vino Eterno" para celebrar la Fiesta Nacional de la Vendimia 2025.
Los Andes / Ramiro Gómez
En el plano musical, la orquesta dirigida por José Darío Maugeri demostró por qué se autodenominaba "ecléctica" desde su conformación. Con las finas cuecas, pasando por los valses y hasta un inédito episodio "country", este año la música incidental no tomó riesgos, pero desplegó brillo, virtuosismo y variedad. Eso sí: "¿Qué pasó con el tango?", se preguntaron muchos.
Es importante apuntar que Hugo Budini ofició de asistente en música folclórica, y que se contó con la participación especial de Gabriela Fernández y Adrián Darío Rodríguez, quienes con las voces de Simón Abecasis, María Belén Loüet, Alejandra Marengo, Guillermo Reinoso González y Salvador Romano, conformaron un estandarte sonoro que supo reclamar parte del protagonismo desde su "bodega" apostada en la parte derecha del espacio.
Más allá de la danza y la música, a "Guardiana del vino eterno" le cuesta salir de la planicie de atmósferas. Algo que en secuencias donde explota el lacrimómetro fácilmente, como en el de la Patrona de los Viñedos (el Cuadro 6: "El sueño del vino"), se nota demasiado. Para darnos cuenta hasta qué punto falta una concepción teatral que dé armonía e intención a todas las partes basta con ajustar el retrovisor y recordar puestas como "Milagro del vino nuevo" (Vilma Rúpolo y Federico Ortega Oliveras, 2022), que cautivaron por su belleza.
Vendimia 2025 Acto Central
Fiesta de la Vendimia 2025
Ramiro Gómez / Los Andes
Y es también por esa razón que elementos que separados funcionarían muy bien, como el enérgico diseño visual del artista mendocino Andrés Casciani, se deslucen al ensamblarse con el resto de los elementos escénicos, en especial la iluminación. Ese mismo hecho afecta al recurso audiovisual (a cargo de Sergio Sánchez), que pese a tener todo el potencial para tomar el protagonismo en más de una ocasión, como en el episodio de las ex-reinas en los lagares, no logra despegarse de su función de relleno.
"Guardiana del vino eterno" demuestra algo que ya sospechábamos. Que, aunque se parta de premisas poco claras y la dirección no logre concertar un friso vendimial memorable, es muy difícil que un espectáculo tan monumental se resquebraje. Sus fuertes cimientos son el talento de cientos de artistas que electrizan con su pasión.
La ficha
"Guardiana del vino eterno"
- Guion: Paula Carolina Rafaela Barbuzza.
- Dirección general: Franco Emmanuel Agüero.
- Dirección audiovisual: Sergio Darío Sánchez.
- Dirección coreográfica: Paula Carolina Rafaela Barbuzza.
- Dirección de actores: Francisco Santiago Molina.
- Dirección musical: José Darío Maugeri.
- Responsable idea escenográfica: arq. Florencia Aldana García Alcaraz.
- Responsable cajas lumínicas: Felipe Santiago Gerardi.
- Director técnico: Fernando Miguel Lorenzo.
- Asistente de iluminación: Darío Gilberto Mad.
- Asistente de sonido: Matías Hernán Jodar.
- Responsable de efectos especiales: Marcelo Gerardo Rodríguez.
- Jefe de vestuario: Raúl Adrián Di Carlo.
- Asistente jefe de vestuario: Vanesa Noel del Valle Cano.
- Jefe de maquillaje: Ariel Paulo García.
- Responsable de utilería mayor y/o menor: Rodolfo Isaac Carmona.
- Productor ejecutivo: Facundo Omar Gallardo.
- Asistente de producción ejecutiva: Sara Avelina Verón.
- Jefe de traspuntes: Eduardo Alejandro Ortiz.
- Asistente de la dirección audiovisual: Emilia Ortega Grebenc.
- Asistente coreográfico folklore: Germán Ariel Aciar.
- Asistente coreográfico folklore: Johana Elizabeth Ríos Garay.
- Asistente coreográfico contemporáneo: Paula Elisa Giuffrida.
- Asistente de dirección: Roberto Hugo Budini.
- Asistente de dirección actoral: Daniel Moisés Moral.