La hija de la conductora y del productor de televisión celebró su Bat Mitzvá y Viviana Canosa compartió algunas imágenes de la celebración familiar.
Martina, la hija de Viviana Canosa y Alejandro Borensztein, celebró su Bat Mitzvá al cumplir 12 años, una ceremonia muy especial en la tradición judía. La conductora de El Trece acompañó de cerca cada detalle del evento, incluso puso en pausa algunos compromisos laborales para dedicarse a la preparación de su hija en este momento clave de su vida.
Canosa, que cuida con recelo su vida privada, eligió compartir algunas imágenes del festejo a través de su cuenta de Instagram. Allí mostró no solo la emoción del momento, sino también el look que ambas eligieron para la ocasión.
Martina lució un vestido blanco strapless, que combinó con un saco oversize y botas al tono. Su madre también optó por un estilo sobrio y elegante, como suele hacerlo en sus apariciones públicas.
Cabe resaltar que el Bat Mitzvá representa la mayoría de edad religiosa para las mujeres dentro del judaísmo. A partir de esa ceremonia, las niñas se consideran responsables de sus actos ante la comunidad. En el caso de Martina, el evento se realizó en el Centro Comunitario Judaica Belgrano, con la presencia de familiares y amigos cercanos.
La relación entre Viviana Canosa y Alejandro Borensztein comenzó en 2013. El periodista y guionista, hijo del reconocido Tato Bores, compartió varios años con la conductora, y fruto de esa relación nació Martina, su única hija en común. Si bien la pareja terminó su vínculo amoroso hace ya varios años, ambos mantienen una relación cordial y centrada en la crianza de su hija.
En los días posteriores al Bat Mitzvá, Canosa continuó con los festejos familiares y dejó registro en sus redes sociales. La conductora de “Viviana en Vivo” mostró su orgullo por el crecimiento de su hija y agradeció a quienes la acompañaron en este paso tan significativo dentro de su fe.
Si bien Viviana no suele compartir demasiados detalles de su vida personal, esta vez hizo una excepción. Su hija Martina, a quien define como el motor de su vida, cumplió una etapa central y su madre no quiso dejar de acompañarla, tanto en la ceremonia como en los festejos posteriores. Una muestra clara de la importancia que tiene la familia para la periodista, más allá de su rol mediático.