Gran Hermano es un producto televisivo que nació antes de las redes y no nunca llegó a visualizar el poder que estas tendrían en el desarrollo del juego. Amor y odio. Las redes son capaces de proteger o sacar a un jugador en un par de clics.
En nuestro país, la primera edición de Gran Hermano fue en el 2001. Lo más que trascendía era lo que uno podía hablar con los compañeros de escuela, trabajo o algún que otro vecino en el almacén del barrio. En 2004 nació Facebook, en 2006, Twitter y en 2010 Instagram. Y aun así, con otras ediciones con las redes funcionando, la influencia de estas fue tan fuerte.
Hoy el alcance que tiene es inimaginable. Y si bien, es medible, cada mensaje, tuit o posteo llega a los rincones más recónditos del mundo. Cualquiera con una notebook o un celular sabe lo que está pasando en la casa con cada uno de los jugadores.
“Gran Hermano todo lo ve” es la frase que repite Santiago del Moro en cada gala. Se olvida de las redes. Allí es peor, todo lo ven, todo lo analizan y lo escupen sin filtro.
EL CASO FRODO, DEL CIELO AL INFIERNO EN DOS TUITS
Agustín Guardis se convirtió en un personaje paradigmático. Ostenta el récord del personaje con menor cantidad de votos, pero a su vez, tiene un récord no oficial de ser el más querido y el más odiado con diferencia de dos semanas.
Por el bullying que recibió dentro de la casa, el público lo adoptó como a un cachorrito herido. Figuras como Bizarrap, el Kun Agüero, Duki, Coscu y Emilia Mernes bancaban al jugador en sus redes y eran de los primeros en subirse a “la Frodoneta”, apodo que el participante recibió afuera de la casa por su parecido con el personaje de El Señor de los anillos.
Dos semanas duró la gloria de Frodo. A partir de una serie de comentarios polémicos y actitudes seriamente cuestionables, se fue ganando el odio de ese mismo público que hasta hace un par de horas atrás le auguraban un lugar en la final.
Al quedar en placa, el autopercibido “león” confiaba en el apoyo de la gente, pero eso se fue diluyendo cuando se dio cuenta que quedó en un mano a mano con Nacho, otro de los grandes favoritos.
Agustín dejó la casa con un alto porcentaje y fiel a su estilo, confesó que su salida formaba parte de su estrategia y que ahora, en el repechaje, iba a volver con más fuerza a la casa.
EXPULSADOS, AL FINAL LAS QUE DECIDEN SON LAS REDES
Un gran termómetro de lo que pasa en los votos se traduce a través de las redes sociales. Hasta el momento, es muy raro que las redes le hayan “pifiado” a quien abandona la gala en la próxima gala.
¿Son los grandes decididores? Tal vez. Las encuestas no se equivocan. Las campañas se potencian y hay usuarios de Twitter, particularmente, que viven por y para Gran Hermano. Tal es el caso de Pame Stupia (@FDoficial) que sigue minuto a minuto lo que pasa en la casa y sube videos que el consumidor promedio de la casa, pasó de largo.
Otro usuario es Fefe (@fedeebongiorno) que con sus resúmenes y el seguimiento que le hace a la casa logró un lugar en el panel de LAM como panelista invitado. El joven, que además trabaja con las redes, usa sus conocimientos y aporta números a todo lo que dice.
Una de sus últimas publicación tiene que ver con la imagen que tiene el público de los participantes y ex participantes de la casa más famosa del país. Según sus encuestas, Marcos es el participante que cuenta con el mayor aguante del público, mientras que Thiago, sorprendentemente, es al que menos quieren.
Otra muestra importante es sobre cómo fue evolucionando la imagen negativa de algunos participantes conforme iban pasando las semanas. Otra vez, sorprenden los números de Marcos y Thiago.
LOS NÚMERO OFICIALES, GRAN HERMANO Y UN REINADO INCUESTIONABLE
Desde su estreno, Gran Hermano rompió varios paradigmas que venían sobrevolando los medios de comunicación. “La televisión está muriendo” auguraban algunos frente al avance de las plataformas de streaming.
Pero Gran Hermano vino a demostrar que la televisión está más viva que nunca con números que descolocan a cualquier estudioso del tema.
Atrás quedaron las épocas de 60 o 30 puntos de rating. Hoy, con mucha suerte, un “éxito” tiene 15 puntos, como muchísimo. Bueno, Gran Hermano no se baja de los 20.
El día de su estreno, según Kantar Ibope, la empresa que mide el rating en Argentina, Gran Hermano tuvo 21,46 puntos, sólo en Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense). Según los datos no oficiales, llegó casi a los 26 puntos.
Con respecto a las redes sociales, en su primera semana al aire, Gran Hermano tuvo más de 28 mil menciones en las redes sociales con un alcance que superó los 62 millones de vistas. Esto se traduce una red de tráfico increíble en la que una sola mención, una sola persona que tuitee sobre el tema, llega a casi el doble de su público real.
En la última semana, Gran Hermano llegó a medir 20,85 (solo en Gran Buenos). Mientras que en las redes, Gran Hermano sigue siendo el programa con más menciones, pero en esta oportunidad el noticiero le ganó en el alcance de sus menciones.
En ninguna de las ediciones anteriores, las redes tuvieron un poder tal sobre un producto. ¿Será el momento de considerarlas un participante más dentro de la casa?
