Malvinas en el Fin del Mundo

Hace diez meses que trabajo en Ushuaia, lugar que siempre quise conocer, de incomparables las bellezas naturales y paisajes que nos ofrece Tierra del Fuego.

Lo más destacado es la calidez de su gente. Luego me sorprendió la seguridad que existe. Aquí nadie coloca rejas en las ventanas de casas, no hay hechos delictivos.

También remarco la limpieza y el cuidado del ambiente. El personal municipal trabaja de domingo a domingo, dado que el turismo es permanente, con dos temporadas importantes: invierno con las pistas de esquí internacional y luego, en los meses de octubre a febrero, reciben a cientos de cruceros, que en su mayoría hacen escala para luego seguir a la Antártida.

Al adentrarse en la historia de Ushuaia hay cosas que motivan a conocer más de nuestra patria.

Con compañeros conocimos el monumento a los caídos en el conflicto de Malvinas y participamos del acto del 2 de abril. En ese momento nos dimos cuenta que la Patria se respira de otra manera. Compartimos la fecha con muchos veteranos, pertenecientes a distintas provincias del país. Vivir la vigilia como se la conmemora en esta tierra es único. Por caso recordar cuando atracó aquí con nuestro emblemático ARA General Belgrano, que después fue hundido el 2 de mayo de 1982, causando la muerte de 323 tripulantes. No caben palabras para describir esos momentos, escuchar crónicas vividas por soldados y familiares.

¡Acá se hace Patria, en la cuidad más austral, en el Fin de Mundo, no levantan nuestra bandera por un mundial, flamea los 365 días del año! Malvinas es un sentimiento, impreso en los uniformes de trabajadores, en cada comercio, en cada vehículo, es el grafiti oficial de cada muro.

* El autor es Bombero voluntario de Luján de Cuyo.