La "economía de la atención" y por qué tu tiempo es oro

Todos hemos escuchado alguna vez la frase “el tiempo es oro”. Sin embargo, hoy, dentro de la era de la digitalización, es más cierta que nunca. La cantidad de estímulos y actividades es prácticamente interminable, pero hay una limitación: el tiempo.

Las personas no gozan de tiempo infinito, lo que las obliga a elegir qué actividades consumir y cómo pasar su tiempo libre. Ante esta situación aparece el término “economía de la atención”, que busca captar la atención del público, donde cada segundo se valora en materia económica.

El impacto de la economía de la atención

Todos los días, las personas pasan tiempo delante de las pantallas, ya sea en una computadora o en dispositivos móviles. Esta segunda opción es la más elegida por los usuarios, debido a la comodidad y la capacidad que manejan los celulares actuales.

Como el tiempo es limitado, las empresas buscan a toda costa captar la atención del público y generar una relación de compromiso. Los períodos de atención se han vuelto más cortos y la concentración es menor. Básicamente, si una persona se aburre rápido, puede encontrar otro estímulo de inmediato.

Un claro ejemplo de la economía de la atención es el algoritmo personalizado para cada usuario. Este se programa en base a las preferencias y gustos que demuestra la persona, para ofrecerle contenidos atrapantes y que mantengan su atención. Esto no es exclusivo de las redes sociales, sino de múltiples actividades. Por ejemplo, las casas de apuestas deportivas, que son tan populares en la actualidad, ofrecen un sinfín de posibilidades para jugar, pero teniendo en cuenta las preferencias de cada cliente. El objetivo es simple y claro: mantener la atención de los consumidores y evitar que abandonen la plataforma en busca de otro tipo de estímulo.

Otro ejemplo son las redes sociales, como Instagram, Facebook o X (Twitter). Quizá el ejemplo más claro es Tik Tok, que fue noticia hace poco por la prohibición y luego restauración en Estados Unidos. Las redes ofrecen contenido de corta duración, pero en cantidad ilimitada. El diseño de los productos ya tiene este concepto instalado: videos que empiezan automáticamente al terminar uno, el scrolleo continuo sin fin o la actualización del contenido con un solo botón.

La implicación económica de este fenómeno

En el mundo digital, la atención es el dinero. Detrás de la búsqueda de la atención del público hay un rédito económico: la publicidad. Empresas y compañías gastan millones y millones de dólares para colocar sus anuncios en lugares clave para que puedan ser vistos por la mayor cantidad de usuarios.

En internet, las publicidades se conocen como ads y están presentes en todos lados. Hay casos más evidentes, donde se pueden ver claramente ver claramente banners publicitarios de Google. Sin embargo, hay casos en los que los ads están tan integrados a ellos que nos hemos acostumbrado, y ya no los detectamos como algo extraño.

Páginas y servicios que funcionan de manera gratuita tienen detrás una gran cantidad de publicidades que se muestran al público. Las redes sociales nuevamente son un claro ejemplo: desde ads tradicionales, publicaciones pagas (que tienen el mensaje aclaratorio, pero que muchas veces se pasa por alto) y los famosos “influencers”.

Los influencers son personalidades de las redes sociales que cuentan con una gran cantidad de seguidores y una gran llegada a su público. Esto hace que las marcas estén interesadas en trabajar con ellos para poder promover sus productos y transformar esa atención en ventas y ganancias.

En conclusión, la economía de la atención es un fenómeno actual que las empresas buscan aprovechar de forma deliberada en la web. Sin embargo, ya no es un secreto, sino que cada vez más usuarios están tomando conciencia de esta situación.

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