El rock de las pibas: los pezones que desafían la censura en las redes sociales

Marilina Bertoldi subió al escenario sin corpiño, lo que derivó en bloqueos en Instagram y abrió el debate sobre la sexualización del cuerpo

El rock de las pibas: los pezones que desafían la censura en las redes sociales
El rock de las pibas: los pezones que desafían la censura en las redes sociales

Que provoca. Que cómo va tomarse semejantes fotos. Que cómo le voy a explicar a mis hijos. Que lo haga en privado. Que se joda si después es víctima de una violación... En la última semana se multiplicaron comentarios por la "polémica" -latiguillo de esta época para dar entidad a los hechos-  publicación de las imágenes de un famoso artista. ¿Luciano Castro? ¡No! Hubo mensajes contra la cantante Marilina Bertoldi, quien vistió solamente un traje en el escenario de un festival, lo que dejó sus pechos al descubierto. Por un centímetro de pezón, Instagram censuró las fotos e instaló un viejo pero irresoluto debate: ¿por qué la mujer no puede mostrar libremente su cuerpo?

Históricamente, la sociedad sexualizó los pechos a tal punto que si una mujer decide mostrarse sin corpiño ni remera, es responsable de "provocar" y ofender a los varones. Porque hoy parece más difícil enseñar que nosotros somos responsables de respetarlas y erradicar vicios arcaicos, ¿no?

"El cuerpo de la mujer siempre está sexualizado, sea la parte del cuerpo que sea. Nosotras estamos en una posición de objeto sexual. Todo el tiempo tenemos que agradar a los demás", destaca Romina Zapata, comunicadora que integra el programa Mujeres Libres de la Universidad Nacional de Cuyo y capacita en la Dirección de Género y Diversidad. "El hombre puede aparecer sin remera en cualquier lado. Si nos lo cruzamos así en la calle, a nadie se le ocurre sexualizarlo. Él es dueño de su cuerpo y puede exhibirlo en el ambiente que desee", apunta la entrevistada.

Al ritmo de fans que coreaban "El rock es de las pibas", Bertoldi emulaba un popular look de Iggy Pop en el festival Futurock, en Buenos Aires. Claro que el músico estadounidense nunca enfrentó una represalia similar. Paradójico resulta entonces recordar cuando, en 2004, a Janet Jackson casi le fulminaron la carrera por exhibir uno de sus pezones en el show de medio tiempo del Super Bowl. Hasta se debatió en el Congreso posibles multas por "comportamientos indecentes" y se estableció un pequeño delay en la transmisión del evento para poder censurar escenas en las ediciones posteriores.

"A la gente que estaba en el festival viendo a Marilina no le pareció mal. Marilina suele hacer cosas contestatarias. Se supone que eso es el rock. Lo mismo esperamos de los varones: queremos que pateen el tablero", señala Zapata, quien ahonda en esta "doble moral".

"Si las mujeres mostramos las tetas en una playa o en las redes, se lee socialmente que estamos provocando. A veces puede parecer una pavada estar sin corpiño en la vía pública, pero también es cierto que luego se traslada a un fallo judicial como el de Julieta González". En este caso, la Justicia descartó femicidio porque los encuentros entre la víctima y el asesino, Andrés Di Césare, eran esporádicos y ella era "decidida, extrovertida e independiente", según se pudo leer en los argumentos.


    Gentileza
Gentileza

A la contienda se suman las constantes imágenes de mujeres que cumplen con ciertos estándares y rozan la desnudez para ser explotadas comercialmente por la sociedad, la misma que luego imposibilita la exhibición de cuerpos  marcados por cicatrices de lucha.

Para poner en perspectiva: en 2016, la campaña del Movimiento Ayuda Cáncer de Mama (Macma) tuvo que mostrar en un video el torso de un hombre a modo subterfugio para concientizar sobre el autoexamen mamario y evitar la censura en las redes.

"Divide y reinarás"

Aquel viejo dicho "divide y reinarás" puede aplicarse a otro que se repite desde sectores que cuestionan manifestaciones como el "tetazo" y campañas como #FreeTheNipple, ("liberen el pezón") que impulsan erradicar la sexualización de los senos femeninos. Para Zapata, se trata de una confrontación entre mujeres propulsada por el machismo que busca una división "entre las inteligentes y las putas".

"Te dicen que si mostrás tu cuerpo es porque sos hueca y frívola. Y la verdad es que nosotras somos seres complejos. La dimensión estética es una más. No dejamos de ser racionales por mostrarnos como queramos. Si estoy en tetas, no estoy provocando ni tenés derecho a violarme y a maltratarme", reafirma Zapata.

En sintonía, Belén Bobba, coordinadora provincial de Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá), aporta que está impune una noción acerca de que una mujer apela a mostrar su cuerpo cuando carece de otros talentos. "Es un discurso violento. Por un lado, la sociedad nos exige cumplir estereotipos de belleza. Y si no los cumplimos, también nos oprimen: tenemos que ser 'inteligentes' para que seamos validadas. Nuestro esfuerzo y nuestra capacidad se reducen a las corporalidades obscenas. Es un juego perverso", reflexiona.

"Molesta que una mujer se adueñe de su cuerpo", ratifica Bobba, a lo que Zapata añade la divergencia que existe dentro del colectivo de mujeres: "Hoy hay un amplio consenso sobre lo que tenemos que hacer contra la violencia de género. Pero nos siguen cuestionando el 'cómo'. El feminismo es un movimiento autónomo, y nos expresamos diversas porque surgió así con otras compañeras en la calle. Molesta que justamente sea un movimiento sin dueño en el sistema patriarcal".

Ellos sí, ellas no

Como de costumbre, las fotógrafas que capturaron el look de Marilina Bertoldi subieron sus composiciones a las redes sociales. Pero al cabo de unos minutos se encontraron con un incómodo aviso: "Tu publicación infringe nuestras normas comunitarias". Instagram eliminó las publicaciones que mostraban las tetas de la cantante, ya que se trata de "desnudos o actividad sexual y ciertos públicos pueden ser susceptibles".

A través de Twitter, Barbi Recanati, otra de las que artistas que participó en el festival, manifestó su disconformidad con las medidas que tomó la red propiedad de Facebook. "Todos los traperos del momento en cuero, Marilina no puede. La censura de pezones es cosificación. Somos material de violación y perversión para las redes sociales", aseveró en un reclamo al que se sumaron miles de pibas con comentarios y retuits.

"Son paradójicas las redes: no te censuran la cola. Hay partes del cuerpo que sí y hay partes que no", evalúa Zapata. "En el caso de Marilina, que es artista, se juzga lo suyo como una corporalidad obscena. Como que nuestros cuerpos siempre significan algo diabólico. Pero los de los varones no son cuestionados. Y hablamos de las mismas partes fisiológicas", explica, por su parte, Bobba. Es que si bien muchos dirán que los senos son zonas erógenas, la misma suerte corre para las tetillas de los varones. Distinto es, por supuesto, el caso de los genitales femeninos y masculinos.

"Sucede cuando una mujer amamanta a su bebé en el colectivo. Ahora está menos cuestionado. Pero es un acto natural, no es obsceno", considera la coordinadora de Mumalá, al reconocer que el "mandato médico" presiona a las mujeres con una "maternidad sagrada".

En paralelo al reclamo, comenzaron a viralizarse las fotos íntimas del actor Luciano Castro. Pero las reacciones eran frívolas. Las especialistas consultadas coinciden en una dicotomía: celebración en el caso de un varón y humillación para la mujer.

"Aún cuando el cuerpo de los hombres está sexualizado como sería este caso, no tiene las mismas consecuencias que para una mujer. A nadie se le ocurriría pensar que Luciano está provocando para que lo agredan sexualmente, ni va a perder un trabajo. De hecho, todo lo contrario. Se lo festeja. Para muchas famosas cuando les han viralizado fotos sin su consentimiento, las echaron de sus trabajos y las calificaron como 'berretas'", remata Zapata.

Como ocurre en los tiempos de internet, la "solución" está a un clic de distancia. Al googlear es frecuente cruzarse con tutoriales para subir fotos sin ser víctimas de la censura de Instagram. Tapar el pezón con un emoji o sticker es la estrategia que más se repite para contar lo que, justamente, se prohíbe mostrar.

Según el Observatorio "Ahora que sí nos ven", en Argentina una mujer es asesinada cada 26 horas solo por el hecho de ser mujer. Pero hoy parece más violento que una mujer muestre con libertad las diversas aristas de su cuerpo antes que los 235 femicidios ocurridos en lo que va del año.

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