16 de junio de 2025 - 00:00

Güemes: pilar de la independencia en el Norte

La valentía y capacidad de mando que tuvo el gran líder salteño, pasó a tener un rol gravitante en la etapa de la causa revolucionaria iniciada en mayo de 1810 y que finalmente condujo al Congreso de Tucumán, seis años después.

Al cumplirse mañana un nuevo aniversario de la muerte del general Martín Miguel de Güemes (204 años) corresponde detenerse en la vida y heroísmo de un gran pilar que tuvo el proceso hacia la independencia argentina.

Su aporte en aquellas gestas se basó en la considerable resistencia militar, que él organizó y condujo, para poder frenar el avance de los realistas en el norte de nuestro territorio.

Si bien hay quienes pueden considerar excesivo el número de feriados por cuestiones patrias durante el año, se debe reconocer como un acto de justicia histórica haber dispuesto un día fijo para que trascienda la misión llevada a cabo por este gran pilar de nuestra soberanía.

Lo suyo, desde la a veces mal llamada retaguardia, fue de un enorme aporte en aquellos duros años. Primero cabe señalar que Güemes fue, sobre todo, un soldado de carrera que se formó e instruyó en técnicas y tácticas para la batalla y que pasó a la historia como un general gaucho. Estos antecedentes en cuanto a su formación militar permiten comprobar que no se trató solamente de un improvisado salteño que tomó las armas para alentar a los suyos al combate contra los españoles; fue un oficial que, sin más apetencias personales que el apoyo a los líderes de la independencia de aquel tiempo, sumó su valentía para que la zaga estuviese bien custodiada.

Su vocación lo condujo muy joven a Buenos Aires, donde llevó a cabo la vocación militar que luego pondría de manifiesto con sus valerosos salteños. Es así como reconocidos historiadores han coincidido en que la valentía y capacidad de mando que tuvo el gran líder salteño, pasó a tener un rol gravitante en la etapa de la causa revolucionaria iniciada en mayo de 1810 y que finalmente condujo al Congreso de Tucumán, seis años después.

Fue por ello que su impronta ya había ganado notoriedad durante la heroica defensa de Buenos Aires ante el avance invasor de los ingleses, en 1806 y 1807, en lo que constituyó una adecuada preparación para la enorme función que le tocaría asumir pocos años después.

Güemes creció tanto como soldado de la causa libertadora que fue el general San Martín quien lo designó jefe del ejército de observación de las operaciones llevadas a cabo en el Alto Perú. También lo fue en la llamada expedición a Lima. Y otro hombre de enorme talla, como el general Manuel Belgrano, expresó en numerosas oportunidades su admiración por la valentía e inteligencia en combate del gran norteño.

El 17 de junio de 1821, falleció luego de convalecer durante una semana a raíz de una herida de bala recibida en combate. Fue en un enfrentamiento contra infantes extranjeros que habían logrado invadir la ciudad de Salta. ¡Qué más se le podía pedir! Había logrado evitar 9 invasiones.

El silencio y el dolor de quienes fueron testigos de su deceso es recompensado en estos tiempos a través del justo reconocimiento que la Argentina le tributa cada año, reafirmando su legado de valentía y resistencia.

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