10 de julio de 2025 - 00:10

Contra los asentamientos, lotes de bajo costo

Hay que tratar de encontrar acceso a los loteos de bajo costo para que más familias mendocinas, que hoy tienen un hábitat de bajísima calidad, puedan acceder a viviendas dignas y a una urbanización que mejore los asentamientos que ocupan.

Desde fines del año pasado, el Senado de la provincia de Mendoza tiene aprobado por unanimidad un proyecto de ley destinado a regularizar la situación dominial de familias que tengan sus hogares en asentamientos precarios o informales.

La iniciativa, que pertenece al senador Walther Marcollini, procura agilizar y facilitar los procedimientos de destinados a la aprobación de loteos y fraccionamientos informales.

La normativa, de convertirse en ley, brindará la posibilidad de dar un marco legal a quienes adquirieron terrenos de manera no prevista por la ley, sino que además mejorará las deplorables condiciones habitacionales de muchos barrios populares e integrará esos espacios a un desarrollo urbano planificado. La falta de oferta de lotes urbanos asequibles a hogares de ingresos mínimos o paupérrimos es un tema crítico que merece ser considerado.

Han proliferados en la provincia los emprendimientos de barrios privados, sólo accesibles a personas de altos ingresos, quienes tendrán en ellos todas las garantías y posibilidades de una vida de confort y seguridad.

Algunos institutos de la vivienda y municipios del país han implementado programas de lotes con servicios, evitando el crecimiento de los asentamientos informales, que en Mendoza llegan aproximadamente a un número superior a los 300, habitados por cerca de 20.000 familias.

Sería un enorme paso en la provincia lograr la equiparación de muchos grupos sometidos ahora a la injusticia de habitar una morada deficiente, en un contorno de escasez de servicios básicos, principalmente agua y fuentes energéticas para calefacción.

Los lotes de bajo costo deben tener calles públicas y servicios de agua y tendido eléctrico, al momento de la ocupación de esos terrenos por parte de las familias compradoras. Así nacieron y crecieron muchos de los barrios del Gran Mendoza, hoy incorporados a la trama urbana de nuestra metrópoli.

Planificar la urbanización es adelantarse a la toma de tierras y sus problemas posteriores, como la existencia de conglomerados que se asentaron en zonas no aptas, por ejemplo, inundables o sin posibilidades de acceso al transporte público. En ese sentido la creación de lotes con servicios es parte del derecho constitucional a la vivienda. Con ella se pueden evitar muchas de las carencias de infraestructura que se sufren en los barrios populares, donde una vez que la zona está edificada de manera irregular, resulta más difícil llegar con los servicios de agua, cloacas o pavimentación. La compra puede apuntar tanto a predios baldíos como a urbanizaciones que hayan quedado inconclusas.

Hubo un loteo en el departamento de Las Heras, iniciado por una cooperativa, que quedó inconcluso por falta de fondos. La entidad, integrada por vecinos de un barrio popular que se organizaron para urbanizar terrenos lindantes, sólo había llegado a demarcar las calles y algunas entradas del sistema de cloacas. Pero se pudo aportar el financiamiento para reactivar el loteo y dotarlo de servicios, operativo que terminó en unos seis meses con la entrega de 119 lotes.

Acciones de este tipo podrán mejorar sustancialmente el ‘paisaje’ deplorable no para la vista, sino para las condiciones de existencia de numerosas familias mendocinas que viven muy mal actualmente.

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