De ser una de las monedas más apreciadas frente al dólar, el peso argentino pasó a estar un 14,6% subvaluado en tan solo seis meses. El dato se desprende del último Índice Big Mac que elabora la revista The Economist. Esta herramienta, que compara el precio de la tradicional hamburguesa en diferentes países, mostró un cambio abrupto en la cotización teórica del peso frente al dólar.
En la Argentina, el precio del Big Mac (sin combo) es de $6.600. En cambio, en Estados Unidos la misma hamburguesa cuesta U$S 6,01. Si se tomara este valor como referencia para igualar el poder adquisitivo, el tipo de cambio debería ubicarse en $1.098,17.
Sin embargo, al cierre de junio -cuando se realizó este relevamiento-, el dólar cotizaba en el mercado a $1.286,01. La diferencia representa una subvaluación del 14,6% para el peso argentino.
McDonald's hará cambios en sus dos hamburguesas más famosas
Según el Índice Big Mac el peso argentino dejó de ser una de las monedas más apreciadas del mundo.
Durante el semestre, el precio del Big Mac medido en dólares en la Argentina bajó, mientras que el tipo de cambio nominal subió, especialmente tras la flexibilización del cepo, provocando que el costo en moneda estadounidense para adquirir la hamburguesa cayera un 24% en ese período.
El caso argentino se asemeja ahora al de otras monedas subvaluadas como la de Nueva Zelanda, Arabia Saudita o República Checa. En sentido contrario, las monedas más apreciadas según el índice son el franco suizo (49,6%), el peso uruguayo (29,6%) y la corona noruega (22,1%), donde los Big Mac figuran entre los más caros del planeta.
Embed - https://publish.x.com/oembed?url=https://x.com/TheEconomist/status/1945562875226886255&partner=&hide_thread=false
La idea central del Índice Big Mac, creado por The Economist a partir de la teoría de la Paridad del Poder Adquisitivo de Gustav Cassel, es que el valor de dos monedas está en equilibrio si se puede comprar una misma canasta de bienes en ambos países.
En este caso, la hamburguesa de McDonald’s funciona como un bien estándar y comparable a nivel global, permitiendo medir el poder de compra sin necesidad de ajustar por diferentes hábitos de consumo.