La última resolución del Gobierno trae cambios que afectan ingresos básicos, programas sociales y el cálculo de prestaciones en todo el país.
El aumento modifica el cálculo varias prestaciones de ANSES, pero el monto es insuficiente para cubrir necesidades básicas.
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El Gobierno nacional oficializó un nuevo valor para el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM), que ascenderá a $317.800 a partir del 1° de julio. La medida fue publicada en el Boletín Oficial a través de la Resolución 5/2025, luego del fracaso en el intento de alcanzar un consenso entre el sector empresarial, los sindicatos y el Ejecutivo en el marco del Consejo del Salario.
La normativa establece un incremento en cinco tramos, que comenzó en abril y se completará en agosto, cuando el salario mínimo llegará a $322.000. Esta actualización reconfigura el también el sistema previsional, prestaciones sociales y beneficios estatales vinculados directamente al SMVM.
El nuevo piso salarial fijado por el Gobierno nacional tiene consecuencias directas sobre jubilaciones, planes sociales, becas y negociaciones paritarias, lo que lo convierte en un elemento central dentro del esquema de ingresos básicos en el país.
En el caso de los jubilados que forman parte del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y que accedieron a sus haberes sin necesidad de moratorias, la ley prevé que deben percibir el 82% del SMVM.
Sin embargo, esto no se aplica en la actualidad porque “el salario mínimo se mantiene por debajo del haber jubilatorio mínimo actual”, tal como se explica en la resolución. Esto genera un desfasaje que “refleja una pérdida de capacidad adquisitiva acumulada en los últimos años”, según advierten especialistas del sector.
La prestación por desempleo, que se determina en base al salario mínimo vigente, también se ve directamente afectada por esta suba. El monto que reciben los beneficiarios equivale al 75% de la mejor remuneración neta de los últimos seis meses previos al cese laboral, con un tope que no puede ser inferior al 50% ni superar el 100% del SMVM.
Además, programas como las Becas Progresar ajustan automáticamente sus condiciones de acceso de acuerdo con el nuevo valor: el ingreso familiar de los beneficiarios no puede superar tres veces el salario mínimo. También asignaciones familiares y planes sociales toman como referencia este parámetro para definir montos, requisitos y compatibilidades.
Finalmente, aunque el SMVM no fija los sueldos del conjunto de los trabajadores registrados, funciona como base de referencia para gremios que negocian paritarias en sectores informales o con bajos ingresos, siendo clave en las discusiones salariales que afectan a millones de personas.
A pesar del aumento dispuesto por el Gobierno, el nuevo valor del Salario Mínimo, Vital y Móvil queda muy por debajo del costo real de vida. Según datos del INDEC, en mayo de 2025 la canasta básica total para una familia tipo superó los $850.000, mientras que el SMVM fijado para julio representa apenas el 37% de ese monto.
Organizaciones sindicales y sociales ya advirtieron que el nuevo valor del SMVM "no cubre ni lo mínimo indispensable", y anticiparon posibles medidas de protesta si no se produce una recomposición más sustancial.
En este escenario, la actualización del salario mínimo no alcanza a ser una mejora real para millones de argentinos, sino una cifra simbólica que sigue sin garantizar un nivel de vida digno frente a una inflación acumulada que sigue en ascenso.