Exportaciones: en enero, los envíos bajaron 17% en volumen y 9% en valor

Después de un año récord en las ventas en el exterior en los fraccionados, el comienzo del año se dio con menos litros comercializados y menos dólares generados respecto del año anterior.

Después de un año récord en las ventas en el exterior en los fraccionados, el comienzo del año se dio con menos litros comercializados y menos dólares generados respecto del año anterior.
Después de un año récord en las ventas en el exterior en los fraccionados, el comienzo del año se dio con menos litros comercializados y menos dólares generados respecto del año anterior.

La vara que dejó 2021 en cuanto a las exportaciones, con un récord de ventas en los vinos fraccionados tanto en valor cuanto en volumen, parece haber quedado demasiado alta para el arranque de 2022. Las primeras estadísticas que brindó el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) indican que, en enero, los despachos fuera del país cayeron un 17,3% en la cantidad de litros y un 9,8% en la cantidad de dólares ingresados respecto del mismo período del año anterior.

En el primer mes del año, Argentina exportó 19,2 millones de litros de vino, es decir, cuatro millones menos respecto del mismo mes de 2021. Los fraccionados, las estrellas del último período, tuvieron una baja del 7,9%, mientras que el granel arrastró un 32,9% menos. Si hablamos de dólares generados, para los vinos fraccionados, la baja en las ventas significó que en enero de 2022 ingresaron un 7,7% menos de dólares respecto del mismo período del año anterior. En el granel, la caída significó un 26,6% menos que en 2021. En promedio de los dos segmentos, el año pasado ingresaron casi 59 millones de dólares, una cifra que cayó a poco más de 53 millones de dólares, de los cuales en un 91% corresponden a los fraccionados y un 9% fueron generados por el granel.

Entre todas las bajas, es posible rescatar algunas excepciones. Los vinos sin mención varietal (13,6% del total de los fraccionados) tuvieron una suba del 6,1% respecto del año anterior, mientras que los que mejor estuvieron en enero fueron los espumosos con 38% más de ventas que el año anterior, aunque con una participación del 2,3% del total. Sin embargo, el segmento más importante, el de los varietales (84,1% del total), tuvo una caída promedio del 10,6%, aunque los blancos crecieron un 3,7%.

Aunque los números parecen completamente negativos, Ramiro Barrios, director del Área de Comercio Exterior de Bodegas de Argentina, explicó que la tendencia es ideal verlas en períodos más largos, generalmente en el año móvil, ya que cuando uno toma sólo un mes, es difícil distinguir si lo que uno está analizando es algo que se va a sostener en el tiempo o sólo un hecho puntual.

En este sentido, Carlos Fiochetta, gerente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), sostuvo que los datos de enero deben analizarse de manera puntual y no precipitarse a sacar conclusiones por el año, porque sería un error.

El motivo de la fuerte caída de las exportaciones de vino

Siguiendo con esta lógica, los expertos coincidieron en que la fuerte baja del mes pasado puede haberse dado en gran parte por los conflictos en la aduana chilena y el paro de camioneros, que provocó importantes demoras en los envíos al exterior. “Fue un cuello de botella que generó las protestas que vimos y complicaciones en el comercio exterior.

A las complicaciones que ya conocíamos por la falta de contenedores, se sumó el conflicto con Chile. Si bien muchas bodegas buscaron salir por Buenos Aires, no es sencillo cambiar las operaciones, ya que implica un costo mucho mayor”, sostuvo Ramiro Barrios.

Para el experto en comercio exterior de BdA, esto va a seguir influyendo en el acumulado de los meses próximos, pero es de esperarse que haya números positivos, tal vez en orden de la magnitud que hubo en diciembre, para febrero. Siempre y cuando no se registren estos tipos de problemas, se puede crecer.

Por su parte, Fiochetta sumó algunos otros factores que influyeron en el ritmo positivo que traían las exportaciones: “Otro punto que puede haber afectado es que, al estar próximos a la cosecha, se están analizando los stocks, así como también la especulación con lo que puede pasar con la actualización del tipo de cambio”, argumentó.

Crisis de la botella: secuelas hasta el primer semestre

Para Barrios, la crisis de la botella que marcó a la industria durante 2021, no está 100% superada. “Creemos que, para mediados de año, de acuerdo con la información que hemos recibido, deberíamos tener una mejor posición”, consideró, algo que coincidió con el pronóstico del gerente de la Coviar.

“Previo a lo que sucedió con el incendio de uno de los proveedores en Argentina, este problema ya estaba presente en el mundo por el aumento del consumo de vino. Esto se ha mantenido y los proveedores han tenido que racionalizar los modelos de botellas disponibles. A mitad de este año estimo que podemos estar en una situación similar a la de la primera etapa de 2021″, opinó Ramiro Barrios.

Para Fiochetta, esta situación podría extenderse hasta junio ya que una de las empresas tenía previsto un parate técnico y un reacondicionamiento. Asimismo, argumentó que, en este primer mes, la crisis de la botella no tuvo tanto impacto como el paro de la aduana chilena. “Las empresas empezaron a acomodarse, se hicieron operativos específicos que atenuó mucho la situación, sobre todo en las bodegas más chicas”, destacó.

¿Se puede repetir 2021?

Repetir el récord de U$S 815 millones en ventas de vinos fraccionados, es el gran desafío que tienen las bodegas en este 2022. Por lo pronto, el director del Área de Comercio Exterior de BdA expresó que el primer desafío para la industria es cuidar el mercado. Eso ya se ha ganado.

“Es difícil poder determinar qué va a pasar a futuro. El crecimiento que hubo en 2021, al menos en volumen, casi la mitad de todo corresponde a un precio promedio bajo y mercados en los que Argentina exporta con un precio promedio menor a dos dólares. Para mantener el dinamismo en ese segmento, hay que seguir con detenimiento qué pasa con el tipo de cambio, los costos de los insumos, la materia prima y otras variables que se van a estar definiendo en estos meses. Por lo cual, anticipar lo que va a pasar los próximos meses es un poco apresurado”, dijo Barrios.

Para poder lograr ese objetivo, el representante de BdA puntualizó que la industria necesita políticas públicas a largo plazo. “Liberar las retenciones, tratados de libre comercio y apoyo del Gobierno en la promoción, son ejes claves para desarrollar aún más las exportaciones argentinas”, estimó.

Desde la perspectiva de Carlos Fiochetta, hoy no es posible responder si Argentina podrá repetir el mejor año en las exportaciones. “Tenemos que esperar a la cosecha, la evolución del tipo de cambio y alguna medida puntual”, estimó con cautela.

Aun así, el referente de la Coviar se mostró optimista con el trabajo que se ha realizado hasta el momento y lo que pueda lograrse este 2022. “Creo que el récord de exportaciones del vino fraccionado marca una tendencia en la que Argentina viene trabajando desde hace muchos años y es posicionarse como productor de vinos de calidad. Eso ahora se refleja en los números. Hay un camino construido y se han dado pasos importantes. Si va a ser más o menos que el año pasado, no lo sabemos, pero hay un rumbo definido”, completó.

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