En el marco del Amcham Energy Forum 2025, Cornejo anunció que el parque solar de Anchoris, desarrollado por Genneia, comenzó a despachar energía al sistema eléctrico nacional tras recibir la habilitación comercial de Cammesa. “A partir de hoy ya está despachando comercialmente”, señaló Cornejo, quien destacó que la planta tiene una capacidad instalada de 180 megavatios.
El mandatario subrayó que este avance es parte de un plan estratégico de transición energética que la provincia impulsa desde 2015. “Estamos en plena transición, pero no se puede ser abrupta. Hay que evitar errores que cometieron países como España o Chile, que intentaron hacerlo de un momento para otro y sufrieron cortes masivos. Mendoza está encaminada hacia una transición ordenada”, aseguró.
Según Cornejo, la provincia se propuso duplicar su capacidad de generación eléctrica respecto a los niveles de 2015, cuando contaba con 1.400 MW. “En 2027, al final de mi mandato, vamos a estar en 3.700 MW, más del 100% de aumento. Y todos los proyectos son de inversión privada”, remarcó, diferenciando el modelo mendocino de otras provincias que recurren a empresas estatales o garantías del Estado nacional.
Además de Anchoris, Genneia proyecta un segundo parque solar en Malargüe, mientras que YPF Luz avanza con una planta fotovoltaica que será la primera aprobada bajo el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).
“En el siglo pasado Mendoza fue un gran generador de energía con empresas estatales. Hoy lo está volviendo a ser, pero de la mano de capital privado”, concluyó Cornejo.
El parque solar Anchoris
El parque solar de Anchoris cuenta con una potencia instalada de 180 megavatios y un factor de capacidad estimado del 26%, lo que le permite generar energía equivalente al consumo de más de 125.000 hogares. Para su operación, dispone de 360.000 módulos fotovoltaicos bifaciales distribuidos en una superficie de 395 hectáreas.
En el mismo panel, Bernardo Andrews, CEO de Genneia, recordó que el proyecto demandó un trabajo sostenido para consolidar la confianza de los inversores. “Cuando nos reunimos con el equipo del gobernador hace casi dos años, nos contaban que había habido muchos anuncios de proyectos solares que nunca se habían construido, y nos costó genuinamente tener credibilidad”, señaló.
Consultado sobre el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), Andrews advirtió que su impacto en la industria eléctrica es limitado por los cuellos de botella en la transmisión: “El gran problema que tenemos es la capacidad de despacho. La escala que exige el RIGI como inversión mínima es difícil de encontrar en un nodo que pueda evacuar toda esa energía. Por eso, el RIGI no representa para nuestra industria beneficios directos”.
No obstante, consideró que el marco sí ofrece valor a los financiadores: “Es muy valiosa la protección de las inversiones a largo plazo, el compromiso de que no aparezcan nuevos impuestos o regulaciones que alteren los proyectos. Ahí es donde el RIGI puede ser una herramienta útil, sobre todo si pensamos en grandes obras de transmisión”.