Jannik Sinner sigue dejando su huella en 2025. El italiano de 23 años venció con contundencia a Novak Djokovic por 6-3, 6-3 y 6-4 en la semifinal de Wimbledon, firmando su pase a la gran final del domingo. Sin titubear, y frente a un rival disminuido físicamente, el número uno del mundo ratificó su presente dominante con un rendimiento que rozó la perfección.
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Desde el inicio, el encuentro tuvo un solo dueño. Sinner se mostró agresivo, preciso y firme desde el fondo de la cancha. Con su primer saque intratable (no cedió un solo punto con él en el primer set), tomó rápidamente el control del juego y no lo soltó más. En contraste, Djokovic, lejos de su mejor forma, evidenció molestias en la cadera que limitaron su movilidad y le impidieron plantar resistencia real.
La historia se repitió en el segundo parcial: Nole intentó cambiar el ritmo y arriesgar, pero el italiano lo mantuvo a raya sin perder la compostura. La diferencia física se hizo notoria y, con un nuevo quiebre a mitad del set, Sinner encaminó el segundo por la misma vía: 6-3.
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En el tercero, Djokovic apeló a su orgullo y llegó a quebrar en el inicio, pero fue apenas un espejismo. Sinner respondió con autoridad, recuperó el control del marcador con dos quiebres consecutivos y cerró el triunfo en poco más de dos horas. Fue, quizás, uno de los partidos más dominantes del italiano ante un múltiple campeón como el serbio, que no pudo sumar una nueva final a su brillante carrera.
Con este triunfo, Sinner disputará su primera final en el All England y tendrá enfrente a un viejo conocido: Carlos Alcaraz. El español, defensor del título, superó a Taylor Fritz en la otra semifinal y reeditará ante el italiano la última final de Roland Garros, que se quedó en manos del murciano.
Será un nuevo capítulo de la rivalidad más prometedora del tenis moderno. Esta vez, sobre el césped sagrado de Wimbledon, con el número uno y el número dos del mundo cara a cara, y la historia por escribirse.