29 de julio de 2025 - 14:56

Murió el querido pintor mendocino Roberto Day

El artista, que era químico de profesión, se había formado en Madrid y en Londres y realizó exposiciones desde 1983. Falleció este martes a los 84 años.

La pintura mendocina está de luto. El pintor Roberto Day, de gran actividad creativa y presencia en muestras, especialmente en las décadas del 90 y del 2000, falleció este martes a los 84 años.

Day había nacido el 7 de abril de 1941 en Mendoza, y se crio en una finca de los abuelos en Agrelo, donde gustaba de dibujar los paisajes que lo rodeaban.

Desde chico comenzó a tomar clases con un maestro de excepción: Zdravko Ducmelic. Sin embargo, eligió estudios muy distintos y se recibió de Licenciado en Química Industrial.

Para 1972, con el título bajo el brazo, obtuvo una beca del gobierno español para especializarse y recibirse de Maestro cervecero.

El ambiente de Madrid reavivó su pasión por las artes plásticas y el frecuentar museos como El Prado, le hizo conocer a un pintor que lo conmovió: Joaquín Sorolla.

Es por eso que se decidió a formarse en técnicas pictóricas. Para hacerlo no eligió cualquier lugar: realizó cursos de pintura nada menos que en la Real Academia de San Fernando, de Madrid, una de las instituciones de formación más importantes de España. Luego, desde 1977, se perfeccionó en el St. Martin College of Art y en el Sir Cass College de Londres(Inglaterra), donde vivió durante seis años.

Después de ese período, tan enriquecedor para su profesión de químico como para eso que ya excedía el mero hobby, el arte, volvió a su país. “Amo vivir en Mendoza, amo el sol que tanto extrañaba en Londres”, confesó en una charla con Ignacio Gutiérrez Zaldívar.

Desde 1983, Roberto Day comenzó a exponer sus obras en museos y galerías de la provincia y del resto del país. Allí comenzó a destacar con pinturas con gran predominio del color y la presencia constante del paisaje.

El propio Gutiérrez Zaldívar, en su Historia del arte en Mendoza, tipifica de este modo la estética de Day: “La atmósfera limpia, de cielos increíblemente azules están presentes en sus obras dedicadas al paisaje mendocino, en las que se recortan nítidamente figuras, caballos, árboles y ranchos. Ese sol mendocino que baña de luz y resalta los colores en sus figuras de niñas con flores o palomas. Sus obras desbordan poesía y ternura”.

Junto con ese interés que su pintura despertaba, algo más resaltaba en Day y era su, por un lado, su pasión por las artes. No era extraño sentirse atraído por diversas manifestaciones, como la literatura y la música (era un melómano empedernido). No era raro, de hecho, verlo no ya sólo en los conciertos de las orquestas mendocinas, sino también en sus ensayos, ya que ni siquiera eso quería perderse.

Lo otro que retrataba en Day era su amabilidad y simpatía. Era capaz de cruzarse de vereda sólo para saludar a un periodista conocido, de asistir a todas las reuniones sociales y de acompañar con sus apasionadas conversaciones todo encuentro.

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