Antes de la postergación, la entidad envió una carta al canciller Werthein advirtiendo el impacto que tendrán los nuevos aranceles sobre el vino. Sin embargo, por ahora está todo en stand by.
Walter Bressia es el presidente de Bodegas de Argentina.
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Donald Trump castigó a Argentina con aranceles del 10%.
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EFE/EPA/KENT NISHIMURA / POOL Aunque el presidente Donald Trump anunció una pausa de 90 días en la aplicación de aranceles, todos las importaciones quedarían alcanzados por un mínimo del 10%. Por lo que, a través de una carta dirigida al canciller Gerardo Werthein, Bodegas de Argentina expresó su “profunda preocupación” por el impacto que esta medida tendrá sobre las exportaciones argentinas.
Desde la entidad advirtieron que esta decisión del gobierno estadounidense genera un fuerte golpe a la competitividad de las bodegas argentinas en su principal mercado de destino. Y aseguraron que no sólo afectará el volumen y la facturación del sector "sino que también tendrá efectos colaterales en otros mercados por el desequilibrio comercial generado en nuestro mayor importador (EE:UU)”.
Según los datos aportados en la misiva, Estados Unidos es el principal destino de los vinos fraccionados argentinos, representando en 2024 el 28% del total exportado en facturación y el 24% en volumen. Además, es el segundo mercado para los vinos espumantes y a granel, y el primero en mosto, con el 36% del total exportado.
“Nos ponemos a disposición para colaborar en las negociaciones necesarias con el gobierno de Estados Unidos a fin de aminorar los efectos de la medida”, expresaron las bodegas. En particular, señalaron que los nuevos aranceles no solo castigan al vino argentino, sino que favorecen indirectamente a las empresas locales de Estados Unidos que ya dominan ese mercado.
La carta enviada al canciller destaca también la importancia del vino como “producto alimenticio de bandera, con marca país, proveniente de economías regionales, con una balanza comercial positiva y alta generación de empleo en el país”. Asimismo, se remarca que el sector tiene un alcance global: “Exportamos directamente desde nuestras bodegas a la mesa de los consumidores de más de 130 países”, subrayaron.
En otro tramo del documento, la entidad empresaria hizo hincapié en la evolución del mercado estadounidense: “La importación de vinos en ese país fue creciendo de manera sostenida hasta 2012, pero desde entonces muestra signos de estancamiento. Hoy el 37% del vino que se consume en Estados Unidos es importado y Argentina representa apenas el 4,5% de ese total”.
Además, advirtieron que Argentina ha venido perdiendo participación en el mercado norteamericano: “Fuimos el sexto exportador en volumen y el quinto en facturación, pero desde 2013 nuestros números han venido cayendo. Sólo Argentina y Nueva Zelanda muestran caídas, del 11,9% y 19,4% respectivamente, mientras que países como Chile y Australia aumentan su presencia”.
En cuanto al impacto concreto sobre los productos, se destacó que el Malbec, el varietal emblema del país, “ha sido uno de los de peor performance en 2024, y las tendencias previas a la aplicación de aranceles ya mostraban señales preocupantes”.
En las conclusiones, el comunicado no deja lugar a dudas: “El nuevo esquema arancelario profundizará aún más la caída de los vinos argentinos en el mercado estadounidense. Esa caída ya redujo nuestra participación del 7% al 4,3% actual”.
Finalmente, alertaron sobre un posible efecto dominó: “El mayor impacto de los aranceles en los vinos europeos redireccionará excedentes hacia otros mercados como la Unión Europea, Reino Unido, América Latina y Asia, lo que generará mayor presión competitiva para los vinos argentinos”.