Astrología. La terquedad de algunos signos del zodíaco puede ser una barrera o una fortaleza. Todo depende de cómo se use.
Si sos fanático de la astrología, seguro notaste que algunos signos del zodíaco son más cabeza dura que otros. No importa cuántos argumentos les des, ellos siguen firmes en su postura. En el horóscopo, hay signos que simplemente no negocian, creen que tienen razón y difícilmente dan el brazo a torcer.
La terquedad puede ser una virtud o un problema, según la situación. En algunos casos, demuestra convicción y firmeza; en otros, se convierte en un obstáculo para el crecimiento personal. Lo cierto es que algunos signos tienen una resistencia natural al cambio, y eso se refleja en su personalidad.
Quienes pertenecen a estos signos suelen ser determinados, pero también pueden ser cerrados, sin importar cuánto insistas en hacerlos ver otra perspectiva. Prefieren equivocarse antes que aceptar que alguien más tenía razón.
No hay dudas: Tauro se lleva el título de campeón de la terquedad. Si tenés un amigo o pareja de este signo, seguro lo notaste.
Son personas firmes en sus ideas, con una paciencia infinita, pero una vez que se deciden por algo, es casi imposible hacerlos cambiar de opinión.
Regidos por Venus, tienen una fuerte conexión con la estabilidad y la seguridad. Esto los hace muy fieles a sus convicciones, pero también extremadamente testarudos. "Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?", parece ser su lema de vida.
Después de Tauro, el segundo puesto se lo lleva Capricornio. Son igual de obstinados, pero su terquedad se basa más en la disciplina y la lógica.
Si creen que tienen razón, difícilmente acepten otra opinión, y menos si viene de alguien que no consideran a su altura intelectual.
Los capricornianos son prácticos y ambiciosos, pero su rigidez mental muchas veces les juega en contra.
No soportan que les digan cómo hacer las cosas y se aferran a sus métodos sin importar qué tan anticuados sean.
Si tenés cerca a un Tauro o Capricornio, lo mejor es evitar los enfrentamientos directos. En vez de intentar convencerlos con argumentos, probá con paciencia y hechos concretos.
A ellos no les gusta que los presionen, pero si ven que algo realmente funciona, tarde o temprano lo aceptan.