Recordando los 34 años de democracia, sigo sosteniendo que debemos aprender mucho más qué es la verdadera democracia. No es libertinaje, es respeto por el gobernante, es cumplir con la palabra empeñada, es la participación constructiva del pueblo, por medio de las instituciones, es exigir en derecho el cumplimiento de las leyes, es no aplaudir el "todo vale" ni permitirlo.
Es colaborar en forma constructiva con el que tiene la responsabilidad de administrar y exigirle total transparencia en sus actos.
Es poner seriedad y honestidad en cada uno de nuestros actos, donde nos toque participar, ya sea como padres, docentes, ciudadanos de a pie, empresarios, gobernantes, religiosos, es decir, proponernos barajar y dar de nuevo por un país que lucha y busca un mejor destino. La democracia no fue un regalo de Raúl Alfonsín, fue un brete desafiante que nos debe hacer salir en la búsqueda de una sociedad mejor. No es cuestión de recordar, hay que trabajar.
En este recuerdo por los 34 años de democracia, lo que más me amarga en lo que ocurrió el jueves 14 es la brutalidad e ignorancia de que los argentinos, tanto el poder gobernante como gran parte del pueblo de a pie, no aprendimos a vivir en democracia, ni entendemos lo que significa en lo que concierne al crecimiento del país.
La sesión de Diputados (del 14/12) fue una prueba más. Siendo testigos impasibles, vimos por los medios cómo parte de la oposición increpaba a la autoridad del Parlamento acerca del desarrollo de la asamblea. Y cómo lo hacían, aunque el contenido de la discusión no llegaba a nuestros oídos. Y lo hacían de una forma tan brutal, que ni la más oscura tribu perdida en medio del universo, lo haría de una forma tal. En democracia, la verdad debe salir de la discusión, seria y pensada.
Por otro lado, el oficialismo no mostró en ningún momento la transparencia, la calma y la firmeza que se requería.
Hoy vimos un capítulo más, que nos muestra el nivel de educación de nuestros representantes y el resultado triste y vacío de una sesión cancelada y festejada en forma irresponsable por una oposición más parecida a un grupo de alumnos del secundario con "hora libre" que a representantes democráticamente electos por los ciudadanos. ¡Qué lástima, cuántos años perdidos!
Oscar Carlos Laguna
DNI 8.144.258