En el 2015 Argentina importó 335 mil kilos de tomate entero pelado en lata. Dos años más tarde ingresaron al país 10,3 millones de kilos.
Además del valor de referencia, también proponen la necesidad de financiamiento accesible al sector productivo y sugieren subir los niveles de reintegros en estos productos para mejorar los incentivos a la exportación. Actualmente, los niveles son parecidos a los del vino, que van del 4,5% al 7%, y piden que aumenten unos puntos más. Sin embargo, las expectativas sobre ese punto no son buenas. La experiencia previa del vino es desalentadora y la respuesta del Ejecutivo es que "no tomarán medidas que impliquen costo fiscal".
Sobre el financiamiento, desde el Gobierno provincial mencionaron que el Estado está apoyando al sector con líneas a tasas subsidiadas a través del programa Tomate 2000.
Orestes Nomikos reconoció la ayuda pero aseguró que necesitan más apoyo. "Hoy los productores están siendo financiados por la industria, y ésta no puede solventarla sola, ya que también debe llevar adelante inversiones para mejorar sus niveles de producción y calidad, además de sostener los incrementos de costos, tanto de los insumos como de los servicios de luz, gas y electricidad. Por ello, es que no pedimos subsidios, pero sí planteamos medidas para poder sobrellevar esta transición de la que el Gobierno permanentemente está hablando, sobre todo hasta que la inflación baje, la reforma laboral salga, y la reforma tributaria comience a tener sus efectos", comentó el representante del sector.
Para productores e industriales de la provincia de Mendoza es necesario que el Gobierno tome medidas con respecto a la importación de tomates para mejorar la competitividad del sector.
No obstante, el Gobierno nacional no estaría muy abierto por el momento. Recordemos que el ministro de Producción de la Nación, Francisco Cabrera, durante su participación al foro de inversiones que se realizó el viernes pasado en Mendoza, dijo que no era cierto que haya aumentado la importación de este producto e indicó: "No es que importamos mucho. El problema es que exportamos poco" y pidió a los empresarios que "dejen de llorar y se pongan a invertir".
Los comentarios de Cabrera hacen referencia a que la importación de productos de tomate entero pelado representa sólo un 18% del consumo de Argentina. Sin embargo, el cuestionamiento de la Cámara se centró sobre el incremento y el remplazo de los 25 millones de kilo de tomate que podría producir el país y no Italia -único importador-.
Además, a estas opiniones vertidas por el funcionario se sumaron las del secretario de Comercio, Miguel Braun, quien en Twitter señaló: "La solución del reclamo por la importación de latas de tomate no puede ser encarecer un alimento fundamental para los argentinos. Tenemos que trabajar sobre los costos. Por ejemplo, para algunas empresas es mayor el costo del latón que del tomate".
Raúl Giordano, de la empresa Angiord, aseguró que la lectura del funcionario no es correcta, ya que el costo de la lata sólo representa un 20% del valor del producto final. "El inconveniente nace en otros costos que debemos afrontar", señaló.
Según indicó Giordano, el problema de la importación no es un tema nuevo. “Es una problemática que venimos alertando al Ejecutivo provincial y nacional desde hace dos años. Lo que sucede es que recién ahora toma relevancia, luego de las declaraciones de los ministros”, comentó.
Para el empresario, el incremento de importaciones está ocasionando disminución en la producción interna del producto, debido que se está reemplazando tomate en lata de Argentina por el de Italia. Además, advirtió que los 10 millones de kilos de tomates que están ingresando se podrían duplicar, lo que "generaría problemas más graves y mayor disminución de producción de las fábricas".
Para dar cuenta de la gravedad de la situación, Giordano contó que la lata de Italia llega al puerto a $ 4 pesos, mientras el costo de producción dentro de Argentina es de $ 6,50. "Es imposible competir con los incrementos que hemos tenido y por ello es que cada vez estamos más fuera del mercado interno y del externo", remarcó el directivo de Angiord.
Rodolfo Bianchetti, de la empresa Solvencia S.A, se refirió a las declaraciones de los ministros sobre la decisión de no prohibir el ingreso de productos, principalmente por los derechos que tiene el consumidor de elegir. "Esto es actitud facilista e irrespetuosa, ya que los únicos que ganan en este punto son las cadenas de supermercados y mayoristas, que terminan vendiendo el producto -sea cual fuera la procedencia- entre $ 17 y $ 20", protestó.
Los representantes del sector indicaron que las latas representan sólo el 20% del costo total del producto.
“Los únicos que terminamos perdiendo somos nosotros, que dejamos de producir tomate, dejamos de comprar insumos y de contratar personal”, remarcó Bianchetti.
Por su parte, Nomikos aclaró: “Queremos exportar y producir más, pero con condiciones claras y con igualdad de condiciones”.
Alfredo Andión, presidente de Salto Las Rosas SA, concordó con sus colegas respecto de que las importaciones afectan a la actividad y aclaró que en los últimos años el sector ha hecho trabajos e inversiones, tanto desde la producción como desde la industria, para incrementar la calidad y producción.
“Hoy Mendoza tiene rendimientos de tomates de 100 toneladas por hectárea, mientras que San Juan alcanza las 140 toneladas por hectárea. Con ello, estamos logrando mayor competitividad y, gracias a la tecnificación de la industria, tenemos calidad para competir, sobre todo porque junto con Italia somos los únicos que elaboramos tomate pelado en lata. Sin embargo, tenemos problemas macro que no podemos manejar para poder exportar”, agregó el empresario.
Nomikos coincidió con esa lectura y comentó que, debido a las dificultades, “se está produciendo menos y de 150 productores que había el año pasado, hoy sólo quedan 90”.
Diferente fue la posición de Bianchetti, quien señaló que la producción nacional está muy por debajo de la demanda interna. “En Argentina se consumen al año unos 650 millones de kilos de tomate para industria y en una temporada normal la cosecha local alcanza los 450 millones de kilos. Es por ello que hay que importar. Sin embargo, si tuviéramos mejores condiciones la situación de producción sería otra”, apuntó.
Según los empresarios, las latas europeas llegan al puerto argentino a un valor de $ 4, mientras que producirlas dentro del país tiene un costo promedio de $ 6,50.
Las importaciones de productos industriales de tomate, trozado o cubeteado, se han mantenido casi constantes en los 2 millones de kilos por año, en los últimos 4 años. Estas importaciones provienen principalmente de Turquía y su principal comprador lo utiliza como ingrediente para elaborar productos de mayor valor agregado.
Los productos industriales de tomate entero pelado han aumentado casi exponencialmente desde 2014, con una variación anual del 146% en 2015, 971% en 2016 y 194% en 2017, llegando a importarse 10 millones de kg netos.
Las importaciones de pasta de tomate en el país tuvieron una notable variación anual del 87% de 2015 a 2016, pero luego registraron una baja de 28% en 2017 con respecto a 2016. Este salto importante de las importaciones de 2015 a 2016, marca un importante remplazo de producción nacional de este producto.
Hace 10 años Argentina exportaba productos agroindustriales de tomate entero pelado a una gran cantidad de mercados internacionales (más de 20) como Reino Unido, Australia, Brasil, USA y Japón.
En los últimos años se han realizado importantes inversiones en el sector para seguir generando crecimiento económico y desarrollo. Además, el paquete tecnológico que se aplica a nivel agronómico sigue mejorando los rendimientos con manejos técnicos cada vez más sustentables. Hay una gran capacidad instalada que se encuentra ociosa e inversiones paradas porque no se encuentran las condiciones para retornar a la vía del crecimiento.