Último envión solidario: la habitación adaptada de Franco está casi terminada y el joven se ilusiona

Franco (21) tiene parálisis cerebral y vive en una humilde vivienda en la zona rural de Junín. La casa es pequeña y el joven comparte habitación con sus tres hermanos, lo que lleva a que no esté cómodo ni tenga las comodidades que necesita. Con apoyo de la comunidad, se comenzó a construir una habitación especial para Franco y su sueño cada vez está más cerca.

La habitación adaptada de Franco Otobello está cada vez más cerca y el joven se ilusiona.
La habitación adaptada de Franco Otobello está cada vez más cerca y el joven se ilusiona.

Franco Otobello tiene 21 años y padece de una parálisis cerebral. Vive en Phillips (Junín), en una precaria vivienda junto a sus padres y sus cuatro hermanos. El día a día de los Otobello no es nada fácil; muy por el contrario, se torna cada vez más cuesta arriba (el padre de Franco es trabajador rural y su madre, ama de casa y se encarga del cuidado de los cuatro hijos). Por esto mismo es que la cadena solidaria que se ha generado en torno a Franco y su familia -y que involucra a toda la sociedad mendocina- es verdaderamente emotiva y digna de ser resaltada.

Franco Otobello tiene 21 años y su familia necesita construir una habitación adaptada para que pueda estar allí con su silla de ruedas.
Franco Otobello tiene 21 años y su familia necesita construir una habitación adaptada para que pueda estar allí con su silla de ruedas.

Hace unos meses, los vecinos de Franco -con la referente del merendero María Silvia a la cabeza, ya que allí asisten los cuatro hijos de la familia- iniciaron una campaña solidaria para poder darle al joven una habitación adaptada y acorde a su necesidad. Y es que, actualmente, los seis viven en una humilde y pequeña vivienda con dos habitaciones, mientras que los cuatro hermanos -a Franco se suman otros chicos de 17, 13 y 6 años-comparten una reducida habitación.

Por ello mismo, Brisa Moyano -quien está al frente del merendero María Silvia- se propuso encabezar la movida solidaria para juntar dinero y material para poder construirle a Franco una habitación particular para él, en la que puedan entrar -además de Franco- su silla de ruedas adaptada (actualmente queda a la intemperie ya que no le queda lugar bajo techo). Y esta meta está próxima a ser cumplida, por lo que la emoción desborda a la familia Otobello y a la comunidad de Phillips. “¡Estamos muy felices! Gracias a Dios ya nos falta muy poquito para tener todo lo que necesitamos para la habitación de Franco”, destaca emocionada Brisa a Los Andes, y no quiso dejar de agradecer a todas las almas solidarias que han colaborado hasta el momento.

“¡Estamos muy cerca! Solo nos falta el machimbre (madera) para el techo, blocks, dinero para pagarle a los albañiles el trabajo que ya están haciendo y una puerta. ¡Pero el resto está todo!”, agrega con alegría Brisa. Y, emocionada hasta las lágrimas, destaca: “el objetivo es que Franco pueda ver todas las mañanas el sol, y el reflejo de la luna por la noche y desde su propia ventana. Que no tenga que estar encerrado con los hermanos”.

Solidaridad impactante

Sin dejar de repetir una y otra vez “gracias” en sus frases -incluso, intercala esta palaba cada dos o tres vocablos diferentes-, Brisa Moyano sostiene que luego de la nota en Los Andes donde se relataba la situación apremiante de Franco y su familia, la ayuda no ha dejado de llegar.

Los trabajos en la humilde casa de la familia Otobello ya están en marcha y se necesita un último envión para que Franco tenga su habitación adaptada.
Los trabajos en la humilde casa de la familia Otobello ya están en marcha y se necesita un último envión para que Franco tenga su habitación adaptada.

“La gente me llamaba a mi teléfono diciéndome que se había enterado de la campaña para ayudar a Franco por la nota y ofrecía todo lo que podía. Obviamente que Franco y su familia están muy felices y emocionados. Él (por Franco) escucha a los albañiles trabajando en su casa y grita. Y la madre le dice que están haciendo su habitación, y él se alegra porque entiende toda la situación”, resume Brisa, la coordinadora del merendero María Silvia. “Estamos más que agradecidos con todos los que han ayudado, les debemos la vida”, reflexiona.

Con toda la ayuda que recibieron en el último mes, la familia y quienes encabezan la campaña pudieron comprar ripio, arena y cemento. A eso se suman, además, las colaboraciones materiales que realizaron otros colaboradores y otras colaboradoras. “Una chica donó unas vigas y otro colaborador donó hierro. Tenemos casi todo eso ya. Además, un señor nos donó Corseplast para pegar los blocks, y también nos donaron papel y membrana. Incluso, hasta nos donaron una ventana grande y hermosa para que Franco pueda disfrutar de su habitación”, sintetiza la referente de la comunidad.

Además, otro hombre se puso en contacto con Brisa para hacerle llegar un colchón antiescaras a Franco, algo que necesitaba con suma urgencia y ya está disfrutando. “La silla que tiene Franco no es postular, le da dolor de huesos y por eso la mayoría del tiempo está acostado. Entonces necesitaba un colchón antiescaras con urgencia”, explica Brisa.

Lo que falta

También le han prometido a Brisa y a Franco la donación de postes y palos de madera, aunque aún no saben cuántos serán. De esto dependerá si precisan más unidades de estos materiales.

A esta necesidad, dentro de los pendientes, se suman también algo más de dinero para poder pagar la mano de obra de los albañiles y los blocks, y también una puerta para la soñada habitación. “Ya se ha empezado con los cimientos, las vigas y falta poquito para el dinero de los albañiles”, destacó Brisa.

Para ayudar

Quienes quieran y puedan ayudar pueden comunicarse al celular de Brisa Moyano al 2634683980 o hacerlo también por medio de Mercado Pago o PayPal al correo moyanobrisas@gmail.com o también a la caja de ahorro en pesos del Banco Nación Argentina CBU: 01104381-30043809127397, sucursal 2990.

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