El presidente Javier Milei se vio envuelto, hace unos días, en una polémica tras recomendar a través de sus redes sociales el token $LIBRA, lo que generó una oleada de críticas, denuncias y dudas sobre su legitimidad. Este episodio puso en el centro del debate el funcionamiento de los tokens digitales, su rol en las inversiones y los riesgos que implican.Para entender mejor qué son los tokens, cómo funcionan y cómo evitar caer en fraudes, Los Andes habló con Juan Roccuzzo, abogado especialista mendocino en ciberseguridad.
¿Qué es la “tokenización” de activos digitales?
Si hay una palabra nueva y confusa para muchos es la llamada “tokenización”, que nada tiene que ver con el token bancario, como factor de autenticación de dos pasos para poder acceder a la banca online. En concreto, cuando se habla de token en este caso, se refiere a una suerte de título de propiedad -digital- de un porcentaje de un activo real.
Es decir, es un certificado de propiedad digital. Es un proceso donde se invierte un activo tradicional (un inmueble, una obra de arte, acciones de una empresa) en diferentes porciones, acciones o fracciones entre diferentes inversores.
Como ejemplo, Roccuzzo aclara: “Si un desarrollista quiere realizar un fraccionamiento y vender lotes de 500 m2 y decide tokenizar el proyecto, va a lograr que cada persona interesada en invertir, pueda adquirir porciones inferiores a esos 500 m2 de cada lote, comprando tokens representativos de una porción de esa propiedad. A medida que el proyecto avanza y se urbaniza, el valor del token crece. Esto permite a los desarrolladores financiar sus proyectos y a los inversores diversificar sus activos sin necesidad de hacer grandes desembolsos de dinero”.
Si bien la tokenización digital abre nuevas oportunidades de inversión, también conlleva riesgos significativos. Al estar fuera del sistema financiero tradicional puede pasar que el proyecto no se encuentre inscripto en el Registro de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV) o que el contrato no sea claro. “La idea es evitar ser estafados o ser parte de operaciones vinculadas al lavado de activos, financiamiento del terrorismo o el narcotráfico además de la ciberseguridad del proyecto y la protección de datos de cada cliente”, advierte Roccuzzo.
El caso $LIBRA y la importancia del Smart contract
El escándalo en torno al proyecto $LIBRA surgió luego de que Milei recomendara el token en sus redes sociales. En cuestión de horas muchos invirtieron allí, el valor de ese token se disparó y muchos inversores iniciales retiraron sus fondos, dejando a decenas de damnificados en cuestión de horas y, claro, generando sospechas, acusaciones y denuncias sobre una posible maniobra de "Rug pull", es decir, un engaño a los inversores tras el retiro estrepitoso de fondos.Por eso, y para garantizar que las reglas de juego estén bien claras a la hora de la tokenización de activos, están los llamados Smart Contracts.
Se registran los tokens en base a estos contratos inteligentes, donde se establecen todas las condiciones de la inversión de activos digitales. Se explica todo el proyecto en el Blockchain, el libro de contabilidad digital que permite registrar la propiedad y compartir transacciones. Esto, explica el experto en ciberseguridad, representa una seguridad para los inversores. Se le pone un código informático al usuario para ingresar a ese contrato inteligente y son reglas inalterables dentro de la web.
Entre la “timba”, lo desconocido y la estafa: caso Zoe
La tokenización de activos digitales o la inversión en criptomonedas es una tendencia en auge, pero su comprensión y regulación son clave para evitar fraudes y asegurar inversiones responsables.Un caso emblemático sobre el desconocimiento sobre “cripto” y token digital fue el de Gabriela Navarro, una mendocina que perdió todos sus ahorros con la ilusión de multiplicar sus ganancias invertidas en Generación Zoe, esa plataforma financiera que impactó en varios países de Latinoamérica, con 65 oficinas y más de 80.000 miembros inversores.
Su impulsor, Leonardo Cositorto, fue a la cárcel, acusado de liderar el sistema de estafa piramidal.En diálogo con Los Andes desde Italia, donde reside actualmente, Navarro asegura que no hará inversiones de este tipo “hasta que la actividad digital para inversores esté más regulada”.
“Es un casino, una timba. En el caso Zoe, al principio te pagaban bien, con altos intereses cada mes y cumplían subiéndote las ganancias, haciendo estrategias para que no te fueras con tu plata. Hasta me ofrecieron trabajo a futuro y renuncié a mi laburo en ese entonces. No digo que sea todo lo mismo, pero es una actividad incipiente, hay desconocimiento en general y faltan regulaciones para garantizar que no estafen a la gente”, asegura Navarro, quien no recibió ni un peso de resarcimiento por los daños, pese al juicio que inició contra la organización que lideraba Cositorto.
Consejos para invertir de forma segura en tokens
Para reducir estos riesgos, desde 2024 en Argentina está vigente un registro de proveedores de servicios de activos digitales. Las empresas que operen con tokens deben informar a la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) sobre los inversores. Además, de esa nueva “seguridad” digital, Roccuzzo recomienda algunas otras claves a tener en cuenta.-Verificar la legalidad de la empresa. Asegurarse de que esté registrada en el Registro de Proveedores de Servicios de Activos Digitales.
- Revisar la seguridad del proyecto. La Ley 25.326 garantiza la protección de datos personales, lo que implica contar con plataformas seguras contra hackeos.
- Analizar el contrato inteligente.
- Leer y entender el código del contrato antes de invertir.
- Investigar a los responsables.
- Conocer quiénes son los desarrolladores del proyecto.
- Desconfiar de promesas de alta rentabilidad. Cuanto mayor es la promesa de ganancia, mayor es el riesgo de perder toda la inversión.
- Optar por inversiones progresivas. Invertir en etapas en lugar de colocar grandes sumas de dinero de una sola vez.
Jugadores de fútbol, “tokenizados”
El mundo del deporte tampoco es ajeno a la tokenización. Cada vez más futbolistas hipotecan su futuro a través de estos activos digitales. Es decir, se asocian a activos digitales llamados tokens.
Estos tokens representan una parte del valor o los derechos del jugador. Es una nueva forma de invertir en el fútbol y de financiar a los clubes.“Hay jugadores que han tokenizado un porcentaje de sus ganancias futuras. Vos comprás una porción de los ingresos de un futbolista, y si los venden a un club grande, podés recibir beneficios”, explica Roccuzzo.
Alexis Mac Allister, Emiliano “El Dibu” Martínez, Nicolás González, Diego Valdez Vegas son algunos de los jugadores de fútbol que están “tokenizados”. Se pueden comprar tokens desde un euro a través de una app y con una moneda nativa de esa aplicación.
Entre los supuestos beneficios, los clubes obtienen financiamiento sin riesgos para mejorar su infraestructura y apostar a nuevos talentos, mientras que los inversores pueden tener ganancias si los jugadores son transferidos en el futuro e interactuar con sus equipos y jugadores favoritos.Sin embargo, esta inversión también tiene sus riesgos. Si el jugador se lesiona o su rendimiento cae, su valor también lo hará.