Entre los muros que alguna vez albergaron la fascinación infantil y se presentaron como un espacio de conexión, a veces forzada, entre el ser humano y la majestuosidad de la fauna, el ex Zoológico de Mendoza transitó un camino sinuoso que culminó en la anunciada reconversión a Ecoparque. Reconversión inconclusa, que sigue en proceso, que mantiene al espacio cerrado y que cumplirá diez años en 2026 desde su inicio.
En esta década se avanzó con la liberación y traslado a santuarios de distintos ejemplares, entre quienes se destacan las elefantas Pocha (QEPD) y Guillermina, la chimpancé Cecilia, el león Chupino y diez osos pardos que fueron derivados a una reserva natural en Estados Unidos, entre otros. De hecho, por estos días la elefanta africana Kenya aguarda el permiso de traslado desde Brasil para iniciar su viaje hacia el Santuario Global de Elefantes de Mato Grosso.
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El triste final del hipopótamo del ex Zoo de Mendoza que murió por una pelota de tenis. Foto: Archivo Los Andes.
Pero, entre 1903 -cuando se inauguró el entonces Zoológico- y 2016 -cuando se inició la reconversión a Ecoparque y se cerró al público-, fueron varias las fatalidades que tuvieron como escenario al paseo ubicado al costado del Cerro de la Gloria, en la zona baja del piedemonte de la Ciudad de Mendoza.
Y, entre las muertes más dolorosas y recordadas, se destaca la del hipopótamo Kayi, en especial por las circunstancias en que falleció. Fue en noviembre de 2015, cuando lo encontraron muerto en el piletón de concreto donde había vivido 22 años. La necropsia posterior confirmó que Kayi había fallecido tras tragarse una pelotita de tenis que alguien había arrojado en su recinto.
Kayi, el hipopótamo que murió en Mendoza tras comerse una pelotita de tenis
Para miles de mendocinos, el zoológico fue un escenario de recuerdos entrañables, un espacio donde la gente se maravillaba ante la diversidad de la vida silvestre. Pero, para los animales que allí residieron, la historia a menudo se tiñó de tragedias silenciosas y que, con dolorosa frecuencia, saltaban a las páginas de los diarios mendocinos.
Entre algunas de las pérdidas irreparables se destacan las de las seis jirafas que fallecieron entre 1990 y 2004 en el paseo, así como también la conmovedora partida del oso polar Arturo en 2016, catalizador de la aceleración hacia la reconversión a Ecoparque.
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El triste final del hipopótamo del ex Zoo de Mendoza que murió por una pelota de tenis. Foto: Archivo Los Andes.
Y entre estas muertes, se encuentran también las de los tres hipopótamos que vivieron en el ex Zoo mendocino, todas ellas ocurridas en un lapso relativamente corto (entre 2015 y 2021).
De regreso a Kayi, resulta particular la crudeza de las circunstancias de su fallecimiento. El final de este hipopótamo estuvo provocado por la insólita ingesta de una pelota de tenis. Fue el jueves 5 de noviembre de 2015 cuando los cuidadores encargados del recinto de los hipopótamos del Zoológico de Mendoza hallaron el cuerpo sin vida del único macho de su especie que habitaba en el lugar.
Con sus más de dos toneladas de peso, Kayi era una presencia imponente, un gigante apacible que se había convertido en una de las principales atracciones del paseo. Incluso, su imagen llegó a adornar los folletos y postales del hoy cerrado paseo.
Tres días después del hallazgo del cuerpo, se conoció la causa del deceso del hipopótamo Kayi: se había tragado una pelota de tenis, un objeto aparentemente insignificante, de apenas 60 gramos y siete centímetros de diámetro. Con el agregado de que se trataba de un elemento ajeno por completo a su mundo y hábitat.
La necropsia reveló que Kayi había fallecido a causa de una "obstrucción intestinal" provocada por la ingesta de esta pelota, presumiblemente arrojada por un visitante. Pero este incidente no se trató de un hecho aislado en la difícil historia de vida de Kayi. Siete meses antes, el hipopótamo macho ya había sufrido las consecuencias de ingerir una bolsa de plástico que había caído en su estanque, un episodio que había comprometido seriamente su salud.
Más allá del bloqueo fatal causado por la pelota, Kayi ya evidenciaba signos de anorexia y una preocupante falta de apetito, síntomas de un malestar que quizás se extendía más allá de lo puramente físico.
Las dos hipopótamas que fallecieron esperando el traslado
La muerte de Kayi, sumada a una serie de otros incidentes desafortunados que afectaron a la fauna del zoológico, fueron disparadores para la tan ansiada reconversión hacia el Ecoparque. La presión de organizaciones no gubernamentales y grupos ambientalistas, junto con la voluntad política de la entonces gestión provincial, impulsaron esta transformación, formalizada en un proyecto de ley que encontró eco en la Legislatura.
En mayo de 2016, en un contexto aún marcado por la incertidumbre y la preocupación por el bienestar de los animales restantes, el zoológico cerró sus puertas al público. Poco después, durante una revisión rutinaria realizada el 26 de mayo, se descubrieron lesiones en una de las dos hipopótamas que aún permanecían en el lugar.
Un examen veterinario detallado reveló una herida “compatible” con la de un proyectil de arma de fuego, aunque nunca se pudo confirmar esta hipótesis. Además, se encontraron múltiples rasguños y grietas en el cuerpo de la hembra más anciana.
Tres años después de este inquietante hallazgo, el 11 de agosto de 2019, la primera de las dos hembras restantes exhaló su último aliento en el recinto de los hipopótamos del ya Ecoparque. No fue la ejemplar que había sufrido la presunta agresión con un balazo en 2016, sino “La Chiquita” -así la habían bautizado-, que era la más joven de las dos.
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El triste final del hipopótamo del ex Zoo de Mendoza que murió por una pelota de tenis. Foto: Archivo Los Andes.
Durante semanas, “La Chiquita” había luchado contra la inapetencia, recibiendo tratamiento y monitoreo constante. La necropsia reveló finalmente una falla hepática severa, con una degeneración evidente del tejido que desencadenó un fallo multisistémico y, finalmente, una neumonía fatal. “La Chiquitita” había llegado al zoológico mendocino en 1992.
Conscientes del sufrimiento que “La Chiquitita” y su compañera enfrentaban en el Ecoparque, las autoridades del lugar había iniciado en 2018 las gestiones para trasladarlas al Wildlife Sanctuary & Rehabilitation Center (Sudáfrica), un santuario reconocido por su compromiso con el bienestar animal y la conservación. Tras la muerte de “La Chiquita”, se intentó acelerar el traslado de la única hipopótama sobreviviente y se coordinaron esfuerzos con el Ecoparque Buenos Aires, que incluso ofreció enviar otro ejemplar para acompañarla en el viaje y mientras estaban a la espera de los requisitos formales desde Sudáfrica.
Sin embargo, el destino tenía otros planes. Casi dos años después de la pérdida de “La Chiquita”, el 21 de agosto de 2021, la última hipopótama de Mendoza falleció. Con cerca de 40 años, era la más longeva de su especie en haber vivido en el lugar. Su partida se atribuyó a las complicaciones derivadas de su avanzada edad. Además, en sus últimos días, también había perdido el apetito y sufría de artrosis.
Así, tanto “La Chiquita” como su compañera se fueron de este mundo aguardando la concreción de un traslado que nunca llegó.