Un médico que conoció a Diego Maradona en 1999 y lo atendió en el 2000 por su adicción a las drogas fue convocado por el juicio. Asumió que el exjugador “era un paciente muy arriesgado”.
Habló un médico cercano de Diego Maradona.
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Gentileza En el juicio que investiga la muerte de Diego Maradona, un médico que conoció de cerca al exjugador y lo trató en momentos críticos de salud declaró este martes en la novena audiencia. Aseguró que el astro “era un paciente muy arriesgado” para ser atendido en su casa tras la cirugía que se le realizó en 2020.
Se trata de Mario Schiter, especialista en terapia intensiva, quien viajó desde Madrid para realizar su declaración. Fue convocado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 3 de San Isidro, donde expresó que, por su estado clínico, "Maradona no estaba en condiciones de afrontar una internación domiciliaria".
También contó que en su momento le recomendó a la familia llevarlo a un centro de rehabilitación, pero su sugerencia no fue tenida en cuenta. En 2020, Schiter fue llamado por la prepaga de Maradona para brindar una opinión sobre el tratamiento a seguir tras la operación en Olivos por un hematoma subdural.
Cabe mencionar que el profesional no lo vio en persona, pero sí accedió a su historia clínica. “Era paciente complejo, con muchas comorbilidades y pluripatologías difíciles de controlar, por eso sugerí una nueva etapa en el cuidado”, afirmó. Incluso, recomendó derivarlo a un centro de rehabilitación.
En esa reunión también participaron las hijas de Maradona, sus hermanas, el neurocirujano Leopoldo Luque, autoridades de la clínica y de la prepaga. “Pensaron que me refería a una clínica psiquiátrica o especializada, pero no, yo hablaba de un centro de recuperación integral”, agregó el especialista.
Tras un cuarto intermedio le comunicaron que la decisión ya estaba tomada: Maradona no sería trasladado a ningún centro y seguiría con una internación domiciliaria. También había sugerido el acompañamiento de un terapeuta y un especialista en adicciones.
Schiter no volvió a tener contacto con el exfutbolista hasta el día de su muerte, cuando Claudia Villafañe (63) lo llamó para que actuara como veedor en la autopsia.