¿Te pasó alguna vez de no recordar qué almorzaste el día anterior? Esta situación, aunque puede alarmar, es mucho más común de lo que parece y tiene explicaciones dentro del campo de la memoria, la salud mental y la psiquiatría.
La falta de recuerdos sobre comidas recientes puede explicarse a través de la memoria, la salud mental y los aportes de la psiquiatría.
¿Te pasó alguna vez de no recordar qué almorzaste el día anterior? Esta situación, aunque puede alarmar, es mucho más común de lo que parece y tiene explicaciones dentro del campo de la memoria, la salud mental y la psiquiatría.
Los expertos aseguran que no siempre se trata de un problema grave, pero sí refleja cómo nuestro cerebro prioriza ciertos recuerdos frente a otros.
Según especialistas en psiquiatría, los eventos cotidianos de baja carga emocional, como las comidas rutinarias, tienden a almacenarse en la memoria a corto plazo. Al no representar una información significativa, el cerebro los "descarta" rápidamente para dar lugar a datos más relevantes, lo que afecta nuestra salud mental de forma muy sutil.
De acuerdo a estudios recientes publicados en revistas de psiquiatría, la capacidad de consolidar recuerdos está directamente influenciada por el nivel de atención que le dedicamos a cada momento. Si durante la comida estábamos distraídos, mirando el celular o preocupados, la memoria no graba adecuadamente esa experiencia. Esto, aunque cotidiano, puede impactar a largo plazo en la calidad de nuestra salud mental.
La memoria a corto plazo, explican los expertos en psiquiatría, tiene una capacidad limitada. Suele retener información por apenas unos minutos o pocas horas, especialmente cuando los estímulos no son emocionalmente importantes. Por eso, actividades automáticas, como comer, no siempre se registran en profundidad y desaparecen fácilmente, afectando de manera imperceptible nuestra salud mental.
Además, profesionales de la psiquiatría advierten que el estrés, la falta de sueño o la sobrecarga de tareas también disminuyen la eficacia de la memoria. Estos factores, al alterar el funcionamiento cerebral, pueden provocar olvidos frecuentes de detalles simples como lo que se comió ayer, evidenciando señales leves de cansancio en la salud mental.
Olvidar qué comimos no suele ser motivo de alarma si no está acompañado de otros síntomas. La psiquiatría y la neurociencia coinciden en que cuidar la atención plena, el descanso y la gestión del estrés es esencial para fortalecer la memoria y proteger nuestra salud mental.