Un médico italiano especializado en ciencias de la alimentación le puso fin al misterio de si es mejor consumir yogur o kéfir para cuidar la salud intestinal.
En el mundo de la alimentación saludable, pocos debates despiertan tanto interés como la elección entre yogur y kéfir. Ambos son alimentos lácteos fermentados, ricos en probioticos y beneficiosos para la salud intestinal, pero la pregunta que muchos se hacen es cuál de los dos es más efectivo para combatir la inflamación.
El profesor Nicola Sorrentino, médico cirujano italiano especializado en ciencias de la alimentación y director de la Academia de Alimentación del IULM, brindó su mirada experta a la revista "La Cucina Italiana" sobre esta disyuntiva que cada vez interesa más a quienes buscan una dieta equilibrada y saludable.
Según detalló el especialista, ambos son ricos en probióticos y sustancias bioactivas que aportan bienestar intestina. Además, resaltó que gracias a los avances de la ciencia, hoy se sabe que un intestino sano está menos expuesto a procesos inflamatorios y al daño causado por el estrés oxidativo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren beneficios al organismo. En este sentido, tanto el yogur como el kéfir promueven la síntesis de ácidos grasos de cadena corta como el butirato y el propionato, capaces de reducir la inflamación desde el intestino.
La principal diferencia entre el yogur y el kéfir está en la cantidad y diversidad de microorganismos que contienen. Mientras que el yogur tradicional ofrece principalmente dos cepas bacterianas (Lactobacillus y Streptococcus thermophilus), el kéfir incluye una mayor variedad de bacterias y levaduras beneficiosas.
"Estos microorganismos no solo mejoran la salud intestinal, sino que también reducen la inflamación, refuerzan el sistema inmunológico y fortalecen la barrera intestinal", detalla Sorrentino. Algunos estudios han demostrado que el consumo regular de kéfir puede aumentar los mediadores antiinflamatorios y reducir las citocinas proinflamatorias, lo que implica una protección más amplia frente a procesos inflamatorios sistémicos.
A pesar de las ventajas del kéfir, el yogur natural sigue siendo un aliado importante para combatir la inflamación leve. Según Sorrentino, su eficacia se potencia cuando se elige sin azúcares añadidos y se incorpora en el marco de una dieta balanceada.
El yogur es especialmente útil en casos de inflamación relacionada con el estrés, el sobrepeso o una alimentación desequilibrada. Además, su textura cremosa y su mayor aporte proteico, especialmente en su versión griega, lo convierten en una opción versátil y nutritiva.
"La elección entre yogur griego y kéfir depende sobre todo del gusto personal", aclara Sorrentino. El yogur griego ofrece una consistencia más espesa y un sabor más suave, mientras que el kéfir es más líquido y tiene un perfil más ácido.
Desde el punto de vista nutricional, el primero es más proteico y el segundo, más rico en fermentos lácticos. "Lo ideal sería alternarlos en la mesa para garantizar una biodiversidad microbiana más amplia y variada", sugiere el experto.
En definitiva, tanto el yogur como el kéfir pueden ser grandes aliados en la lucha contra la inflamación, especialmente cuando se integran a una alimentación variada, rica en vegetales, fibras y bajos niveles de azúcar. Aunque el kéfir destaca por su mayor diversidad de microorganismos y su potencial antiinflamatorio, el yogur natural no se queda atrás y ofrece beneficios importantes.