6 de julio de 2025 - 14:40

Si ves esta fruta en la verdulería, comprala: ayuda contra el hígado graso

Si los análisis médicos revelaron hígado graso, esta fruta puede ser parte de la solución. Un cítrico cotidiano concentra un compuesto para reducir la grasa.

La ciencia respalda un cítrico como aliado del hígado por su antioxidante naringenina que ayuda a depurar grasa y reducir la inflamación hepática, sin pastillas ni dietas extremas. Desde Journal of Nutritional Biochemistry y Clinical Nutrition destacan la naringenina, flavonoide abundante en el pomelo, por su capacidad para estimular la beta-oxidación de ácidos grasos en el hígado y disminuir la lipogénesis.

hígado graso
Esta fruta puede ser el primer paso para terminar con el hígado graso.

Esta fruta puede ser el primer paso para terminar con el hígado graso.

Una fruta como el pomelo ayuda a combatir la acumulación de grasa hepática

Añadir medio pomelo al desayuno puede ser una forma refrescante de ayudar a tu hígado. Esto equivale a 150 gramos que aportan solo 60 kcal y 15 gramos de carbohidratos, pero entrega 100 % de la vitamina C diaria, esencial para sintetizar glutatión, el antioxidante maestro del hígado.

Es por eso que el pomelo favorece la descomposición de triglicéridos y ayuda a reducir la esteatosis hepática no alcohólica (EHNA). Además, sus antioxidantes disminuyen citoquinas pro-inflamatorias, clave para frenar la evolución hacia fibrosis.

Existen formas de incorporar el pomelo a tus comidas

  • Una buena combinación puede ser espolvoreando con canela la mitad del pomelo en lugar de azúcar.
  • Si preferís algo salado, podés añadir gajos a una ensalada de rúcula, palta y semillas de calabaza. Esas grasas buenas potencian la absorción del flavonoide.
  • En forma de licuado es una opción ideal. Y combinarlo con agua fría y menta, sustituye refrescos azucarados.
hígado graso
Esta fruta puede ser el primer paso para terminar con el hígado graso.

Esta fruta puede ser el primer paso para terminar con el hígado graso.

Aportar medio pomelo diario a tu alimentación es un gesto simple, económico y avalado para apoyar la solución del hígado graso. No es un truco mágico, sino que debe acompañarse con ejercicio, pérdida de peso moderada y reducción de ultraprocesados.

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