Ricos y divertidos: las cuatro variedades de pochoclos para hacer en casa y disfrutar

Son el acompañante ideal para disfrutar de una película. Durante cualquier momento del día, desde casa se puede adoptar esta manera más frecuente de “cine en el hogar” o simplemente para darse el gusto de algo diferente. Con películas o series sintonizadas a través de alguna plataforma, nunca deben faltar los fieles compañeros comestibles.

El pochoclo, producto de la expansión de los granos de maíz pisingallo, a menudo se relaciona con un bocadillo calórico y potencialmente perjudicial para la salud debido a los aderezos como la sal, el caramelo o incluso el chocolate. No obstante, resulta ser un sorprendente antioxidante que genera una sensación altamente satisfactoria de saciedad en el estómago.

Aunque un pequeño recipiente de este aperitivo consiste principalmente en aire, la ilusión visual de consumir una porción generosa contribuye a engañar al cerebro y a satisfacer el apetito. Lo recomendable es adquirir granos sin procesar y elaborarlos en el hogar utilizando la menor cantidad de aditivos posible.

En esta ocasión, te traemos cinco opciones diferentes para que elijas cual preparar en casa y comer algo dulce o salado que es diferente en el hogar.

Los mejores pochoclos y los más particulares

Los ingredientes necesarios para la versión clásica de este producto son: ½ taza de maíz pisingallo, 1 chorrito de aceite (oliva o girasol), ½ taza de azúcar, 10 g de manteca.

Siempre es recomendable agregar un chorrito de aceite, ya sea de oliva o girasol, antes de verter los granos de maíz pisingallo en la olla. Una vez que el maíz ingrese, ajustar el nivel de calor a un punto intermedio, manteniendo una temperatura constante sin excesos. Una vez que los granos empiecen a estallar, puedes aumentar ligeramente el fuego. Es esencial mover la olla de forma continua, manteniéndola tapada, para evitar que los pochoclos salten y asegurando así una preparación uniforme y sabrosa.

Tres de las variedades más fáciles de pochoclos son: con azúcar y canela, con chocolate y con parmesano y tomillo. Cualquiera de estas versiones se completa únicamente sumando alguno de los ingredientes una vez que los pochoclos estén listos pero dentro de la olla. Antes de perder el calor, una vez que la olla ya esté apagada, es necesario sumar los ingredientes y luego mover la olla para que lleguen a cada uno de los pocholos.

Una versión muy particular es la de pochoclos salados con ajada gallega. Para esto debes poner al fuego un diente de ajo cortado en trozos grandes, con una buena cantidad de aceite de oliva y luego de unos minutos de estar al fuego, agregamos una buena cucharada de pimentón. Revolvemos hasta que se incorpore bien y lo sacamos del fuego.

Toda esta mezcla debe ser unida a los pochoclos una vez que ya estén cocinados en la olla y luego moverla para unificar. ¡Son riquísimos!

Para terminar, traemos la preparación del caramelo, el clásico acompañante. El proceso de elaboración del caramelo para los pochoclos es parecido a la preparación del caramelo para un flan. En la misma olla destinada a hacer las palomitas, previo a añadir los granos de maíz pisingallo, se forma un círculo de azúcar alrededor de los bordes de la base de la olla, dejando un espacio libre en el centro. En ese espacio, se coloca una porción de granos de maíz pisingallo, seguida de un chorro de aceite.

Luego, se tapa la olla y se aguarda a que los granos de pochoclo comiencen a explotar. Durante este proceso, el azúcar se transformará en caramelo y se integrará gradualmente con los pochoclos a medida que se cocinan. Es esencial estar atentos para evitar que el caramelo se queme mientras todos los granos estallan. Una vez que esto ocurre, se retira la olla del fuego y el resultado está listo para disfrutar.

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