Reciclaje. Este tipo de manualidades no solo ayudan a reducir residuos, sino que también te conectan con lo creativo, lo que hacés con tus propias manos.
El mundo del reciclaje no para de sorprender con ideas creativas que se pueden hacer con lo que ya no usás. Con unos pocos materiales, algo de tiempo y algunos trucos de manualidades, esa espumadera vieja que tenías olvidada en el cajón puede transformarse en una pieza decorativa súper práctica para tu hogar.
A veces acumulamos utensilios de cocina que ya no usamos más, pero que todavía tienen vida útil si les damos una vuelta creativa. Aquí una idea simple, económica y con mucho estilo: hacer un porta llaves decorativo usando una espumadera metálica.
Lo mejor de todo es que no necesitás gastar plata ni tener experiencia previa. Esta propuesta DIY (hacelo vos mismo) se puede hacer en un ratito y le da una onda rústica y original a cualquier rincón de tu casa. También sirve como regalo casero si tenés alguien fanático de lo artesanal.
1 espumadera de acero inoxidable
pintura acrílica (el color que más te cope)
pincel o esponjita
un par de tornillos o clavos
taladro o martillo
barniz (opcional)
Elegí la espumadera que ya no usás. Es clave que sea de metal, porque vamos a doblarla.
Con cuidado, doblá el mango hacia atrás o hacia abajo, según cómo quieras que quede el gancho. Podés ayudarte con una pinza o simplemente hacerlo a mano si es maleable.
Pintá toda la espumadera con pintura acrílica. Elegí un tono que combine con tu ambiente.
Si querés que dure más y tenga un acabado más pro, pasale una capa de barniz después de que se seque.
Una vez seco todo, atornillala a la pared (o usá clavos si te resulta más fácil).
Ya tenés un porta llaves original que además de útil, decora.