Trucos. Una costumbre simple, con siglos de historia, que vuelve a estar de moda en el hogar y promete mejorar el descanso nocturno.
Durante las noches de invierno, muchos hogares recuperan trucos antiguos que buscan armonizar la energía del hogar y mejorar el descanso. Uno de los más populares es poner hojas de laurel debajo de la almohada, una práctica sencilla que ha sido transmitida de generación en generación, especialmente en familias que creen en el poder de las plantas y los rituales.
El laurel no solo es conocido por su uso en la cocina. Desde tiempos antiguos se lo ha vinculado con energías positivas, limpieza espiritual y protección.
Muchos rituales caseros lo incluyen como recurso natural para eliminar malas vibras y atraer buen descanso, especialmente cuando se coloca por la noche debajo de la almohada.
Se cree que el aroma de las hojas ayuda a calmar la mente y disminuir la ansiedad. Por eso, quienes lo prueban aseguran sentir un sueño más profundo y reparador.
No hace falta hacer nada complicado. El método más común incluye 3 o 4 hojas secas de laurel, colocadas entre la funda de la almohada y el relleno.
Algunas personas prefieren envolverlas en un pañuelo blanco, mientras que otras suman una oración o afirmación positiva antes de dormir.
Es importante que las hojas estén secas y enteras, sin roturas ni humedad. Se recomienda reemplazarlas cada siete días, para mantener su frescura y eficacia.
Además del uso bajo la almohada, el laurel también es utilizado por la noche en infusiones suaves, especialmente mezclado con manzanilla o tilo, para favorecer la relajación.
Incluso hay quienes lo colocan en frascos con sal gruesa cerca de la cama para intensificar su acción energética.
Aunque no existen estudios científicos que avalen todos estos usos, su aroma particular y sus supuestos efectos protectores lo convierten en un favorito a la hora de aplicar trucos caseros nocturnos.